Domingo 6 de septiembre de 2015

Por Gabriel Giraud ss.cc.

Introducción: Hoy día recibimos una fuerte animación para nuestra fe a través de las lecturas bíblicas. No habrá peligros externos –como enemigos- ni internos, representados en las enfermedades, que limiten nuestras ansias de plenitud de vida y su calidad. Toda clase de males vence el que por su Resurrección tiene el poder de la vida. Centrémonos en Él : Jesucristo el Señor.

Primera Lectura : Isaías 35, 4-7.-

El Profeta Isaías nos dice hoy como ayer: “Ánimo, no tengan miedo! ¡Aquí está su Dios para salvarlos!

Luego nos propone dos ejemplos de vida: la sanación de enfermedades como la ceguera, la sordera, la incapacidad para hablar y caminar. También la abundancia de agua en los desiertos, que es un símbolo de vida, pues donde hay agua, hay vida.

Segunda Lectura: Santiago: 2,1-7.-

La fe en el Señor de la vida hace que el Apóstol Santiago llegue a considerar no sólo el cambio de la enfermedad a la salud, sino el cambio de la muerte misma a la vida: resurrección.

Hoy nos dirige una palabra que se refiere a la CALIDAD de la vida. Una vida buena sin discriminaciones. Una vida donde llegue el amor en forma de consideración y respeto.

Esta es una buena ocasión para examinarnos en relación con las conscientes o inconscientes discriminaciones que podamos hacer. Santiago, nos enseña que la discriminación va contra la calidad de vida. No basta con tener vida…el acento aquí está puesto en la CALIDAD DE VIDA y eso depende del trato que damos a las personas.

Tercera Lectura: Marcos: 7,31-37.-

El Evangelio de hoy también se hace eco del anuncio de vida que desde antiguo nos dirige el Padre Dios y –esta vez- por medio de su Hijo Jesucristo.

Nuestro Salvador a lo largo de sus años de predicación de la llegada del Reino, anunció no solo de palabra, sino y – sobre todo- con hechos, -con sus milagros – la plenitud de la vida resucitada.

Efectivamente los milagros de Jesús son un anuncio de vida que Él mismo nos da por obra y gracia de su propia Resurrección, vida tan abundante como la que expresan las figuras de Isaías, “como manantiales de agua, torrentes en desiertos”.

Quiero terminar con un testimonio de mi experiencia pastoral:

He tenido ocasión de participar en celebraciones masivas de la fe como en el Santuario de la Virgen en la Compañía, sexta región y en Lo Vásquez, y también en el Santuario de Santa Rosa de Pelequén y de Nuestra Señora de la Merced de Alcones. Estos últimos en la Sexta Región..

He recibido, al prestar un servicio pastoral, una animación de mi Fe al apreciar la Fe de las personas y el testimonio de cómo en nuestro tiempo y en estos santuarios, las personas de Fe experimentan exactamente lo que hoy nos dicen las Escrituras que ocurrió desde el A.T , al tiempo de Jesucristo y hasta el Día de hoy.

Al Señor de la Vida honor y Gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

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