Fuente información y fotografías: Comunicaciones Santiago
La figura y la palabra del padre Esteban Gumucio Vives nunca será olvidada, gracias a la labor evangelizadora y de cercanía que tuvo con los más pobres, a los que les transmitió el respeto, la educación, el cariño y el sentirse como seres humanos dignos. El pasado 3 de septiembre se celebraron los 101 años de nacimiento del sacerdote de los sagrados corazones que falleció de cáncer el 6 de mayo del 2001, a la edad de 86 años, por lo que en la tarde del sábado 5 de septiembre se realizó una misa en su honor a partir de las 17 horas en la parroquia San Pedro y San Pablo de La Granja, templo fundado por el propio padre Gumucio en 1964, y cuya ceremonia fue celebrada por el cardenal Ricardo Ezzati.
La gran mayoría de los feligreses presentes en la misa portaba banderas verdes y amarillas con la figura del padre Gumucio, o el “Tata Gumucio” como le decían cada una de las miles de personas a las que él acogía, escuchaba y aconsejaba desde que fue ordenado sacerdote en diciembre de 1938. Esa misma gente también escuchó la homilía del Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, quien comentó: “Estamos haciendo memoria de un hombre que es un regalo de Dios, no solo para La Granja, sino que para todo Santiago, todo Chile y todo el mundo. Celebramos 101 años de Esteban Gumucio y celebramos su presencia especialmente en los pobres. Fue un gran hombre de Jesús, siempre abierto a los demás, a regalarle a los pobres la riqueza más grande que tenemos los cristianos, que es la palabra de Dios”.
Durante la ceremonia, se dieron a conocer los planos del nuevo proyecto de un edificio para el albergue que lleva por nombre Esteban Gumucio, así como también el legado como escritor del padre Gumucio, y al final de la ceremonia, algunos feligreses trajeron una gran torta para cantarle el cumpleaños feliz al Tata Gumucio. Las velas fueron apagadas por algunos parientes del padre Gumucio, encabezados por Juan Luis Gumucio, uno de sus sobrinos presentes en la Eucaristía.
Finalizada la misa, todos los asistentes aprovecharon de compartir sirviéndose un pedazo de la torta y comentando la gran labor y la cercanía con la gente que tuvo el padre Esteban. Así nos lo contó José Luis Gumucio Barros, otro de los sobrinos del sacerdote: “Es una maravilla ver cómo lo quiere la gente de acá que era su familia. Para nosotros realmente es muy grato ver cómo la gente le expresa ese cariño, todo ese amor, como lo han sentido en todos estos años y como toda esta familia del sector mantiene viva la historia del tío Padre. Nosotros le decíamos el tío Padre. Para nosotros era fantástico. Era muy cercano, muy trasparente, muy cálido, se podía conversar de todo con él”. Junto a José Luis estaba la señora María Saavedra, que conoció durante décadas al padre y que sin duda tiene los mejores recuerdos de él: “Yo fui muy de piel con el padre. Lo conocí durante años, yo ando en los 90, él siempre me echaba talla. A todos nos decía “viejujas”, pero era un amor. Con decirle que hasta el momento el transmite muchas cosas, estando aquí. Yo hace poco estuve muy enferma, pero salí adelante por él. Hace poco fui a la playa, estuve en una parroquia y estaba él, el Tata Esteban. Podríamos estar todo el día conversando con él. Una vez tuve algo que confesarle y no sabía cómo hacerlo. Él me dijo, “Ya Dios te perdonó”. Era así con todo el mundo”. Por su parte, Juan Luis Gumucio Aguirre, su otro sobrino que apagó la velas de la torta en la misa, comentó: “Me emociona todo esto, es muy bonito ver a toda la gente alegre. Su legado es importantísimo, quizás lo que más destaco es la promoción de los seres humanos, de la dignidad de las personas, eso fue para mí lo más distintivo de él”.
Entremedio de la gente y recibiendo sus saludos finalizada la Eucaristía, el Arzobispo de Santiago expresó: “Vivimos una gran fiesta. Uno ve cómo el padre Esteban ha calado hondo en la gente de esta población donde él ha servido como sacerdote, y cómo el mensaje cristiano ha estado plasmado en la poesía, en el canto, muy presente en el día de hoy. Escuchando los cantos en la liturgia, que el coro nos ha invitado a elevar a Dios. Uno escuchaba nuevamente ese corazón sensible del padre Gumucio que sabía expresar, también poéticamente la experiencia espiritual más profunda. Ojalá que cuanto antes tengamos la alegría y la gracia de verlo en los altares”.
Proceso de beatificación
Durante la misa de celebración de los 101 años del nacimiento del padre Gumucio, se dieron a conocer algunos avances en el proceso de beatificación del sacerdote de los sagrados corazones. Así se lo contó a los asistentes el sacerdote Rafael Domínguez, que es el vice postulador de la causa presentada al Vaticano en 2011. El postulador es un sacerdote irlandés llamado David Ried, que ve las causas de nuestra congregación en todo el mundo y actualmente vive en Roma. También está nombrado un relator que está investigando la causa. “Las buenas noticias que tenemos que contarles es que en estos momentos tenemos tres posibles milagros en investigación. Ahora el proceso actual es la posibilidad de declararlo venerable, entonces el relator tiene que estudiar si el padre Esteban tiene esas virtudes para avanzar en su beatificación”, dijo el padre Domínguez.
Sobre ese proceso de beatificación, el Arzobispo de Santiago comentó: “Es una buena noticia el hecho de que se llegue a hacer la síntesis que a nivel de diócesis se ha investigado, es una cosa ya muy importante porque permite que los expertos comiencen a analizar la dimensión más profunda de las virtudes cristianas de la fe, de la esperanza y del amor”.
