Domingo 24 de enero de 2016

Por Cristian Sandoval ss.cc.

Lucas 1,1-4;4,14-21

El evangelista Lucas, busca en su evangelio presentar un relato ordenado de la vida de Jesús de manera que sea una guía segura para aquel que ha recibido la Buena Noticia y quiere ser discípulo. Este año que leeremos este evangelio, se nos presenta como una oportunidad para cada uno de nosotros de hacer el mismo camino que hicieron los apóstoles y descubrir “la solidez de las enseñanzas” que hemos recibido.

En ese contexto la primera imagen que se nos presenta es la del anuncio de un año santo, de un tiempo de gracia, de una buena noticia enviada a los pobres y a los que sufren. Es un anuncio hecho en presente “hoy se ha cumplido”.

Esta misión de Jesús comienza en Nazaret, en su pueblo, en el lugar donde lo conocen, en donde es más cercano. La misión a la que nos envía Jesús comienza en nuestro entorno, en lo más cercano y familiar que tenemos.

El papa Francisco nos ha invitado a vivir este año desde la Misericordia de Dios, a recibirla, a acogerla en nuestras vidas, a dejar que toque nuestro actuar y nuestro pensar y sobre todo a anunciársela a nuestro mundo atravesado por dolores y por Malas Noticias.

No es que tengamos que entregar unas simples noticias como algo ajeno, no nos podemos quedar en señalar algo que está lejos de nosotros. La invitación es que cada uno de nosotros, cada una de nuestras comunidades se transformen, por el don del Espíritu Santo, en Buena Noticia para los demás. Es decir, que acogiendo la misericordia de Dios, seamos agentes de cambio y de liberación para nuestros hermanos y hermanas. Este llamado es urgente, es “Hoy” que se está cumpliendo todo esto.

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