Con profesión temporal de Gustavo y Bastián, finaliza jornada de Punta de Tralca 2016

Centrada en el tema de la misericordia transcurrió la jornada de punta de Tralca 2016, encuentro que reúne a la totalidad de los hermanos durante la última semana de enero, hace ya 40 años.

Una reflexión profunda sobre el llamado del papa Francisco a vivir este año 2016 como el año de la misericordia, fue lo que vivieron los hermanos de la Congregación la semana recién pasada en Punta de Tralca. También contaron con la presencia de Gerardo Wijnant, quien abordó el tema de comercio justo.

Durante la tarde del jueves hicieron una visita al fundo Los Perales, donde se encontraba el antiguo escolasticado de la Congregación, el cual cerró sus puertas a mediados de la década del 60. En la iglesia recién restaurada, celebraron la Eucaristía, cantaron salmos y cenaron en la casa de retiros

En la tarde del viernes 29 vino la celebración de profesión temporal de Gustavo Pacheco y Bastián Mena. Ambos ingresaron a la Congregación el año 2013, al postulantado Esteban Gumucio. Durante el año 2015 vivieron su año como novicios en Cerrillos de Curacaví y ahora pasarán a la casa de los profesos ubicada en San Juan, donde seguirán teniendo como formador a quien fuera su maestro de novicios, Sandro Mancilla ss.cc.

En la homilía, Sandro les habló de tres señales que deben estar siempre presentes: la cruz, la historia personal y la acción de Dios en el mundo. “Dios nos ha elegido –dijo- y a ese llamado hay que responder. En mucho momentos del noviciado nos fuimos encontrando con la experiencia de fragilidad. Esta experiencia vocacional podemos decir que es una señal muy potente de la misericordia de Dios. Uno de los signos que reconocemos es que Dios nos haya elegido… la acción de Dios en el mundo es como el viento; ignoramos de dónde viene y a dónde va. El espíritu actúa, se manifiesta, pasa por la historia, y esto exige un discernimiento constante sobre el llamado. Exige el abandono de las propias categorías. No nos sirve el poder del mundo, nos sirve el poder del corazón para lo que Dios quiere hacer con nosotros. Hay que volver a Jesús aunque sea de noche y no veamos nada. Para llevar el mensaje de misericordia a quienes lo necesitan, es que vale la pena profesar”.

Al final, Gustavo y Bastián agradecieron a sus familias y a esta nueva familia de los Sagrados Corazones por acogerlos y acompañarlos en este camino.

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