Primer domingo de Pascua 2016

Por Mario Soto Medel ss.cc.

San Pablo a los Colosenses
“Hermanos ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo”

Después del tiempo de cuaresma y semana santa recién podemos respirar, podemos abrirnos a la alegría que nos regala Dios. Estamos vivos, respiramos, estamos liberados de todo mal, ellos quedaron en el madero de Cristo. El camino de la cuaresma nos ha hecho más conscientes de nuestras limitaciones y vanaglorias, aun me resuenan las palabras de Cristo en Lc 13,1ss de la tercera semana de cuaresma: “ustedes se creen que son menos pecadores que los demás”. O la de Jn 8,1-11, la actitud de Jesús ante los fariseos juzgadores de los demás. Jesús los hace mirarse a sí mismos para corregir su propio pecado. A la mujer sorprendida en adulterio, no la juzga, no la condena, la acoge y le brinda la oportunidad de comenzar una vida nueva sin reproches. La cuaresma nos recuerda que somos barro y que no debemos olvidarnos de esto. Cuando nos olvidamos de esto nos ponemos en el pedestal de los justos. Ese pedestal está construido de mentiras, desigualdades e injusticias. Tomar consciencia de esto es doloroso, es el camino de la cruz que nos lleva a la alegría de la resurrección. Sin muerte no hay resurrección.

El camino de Jesús de Nazaret nos lleva al Cristo de la fe y de ahí a la Iglesia que da testimonio de lo que vive. Lo dice tan bien el texto de los Hechos de los apóstoles: “El pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con Él… nosotros somos testigos… Ellos lo mataron… pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara a nosotros… que comimos y vivimos con Él después de la resurrección… y nos envió a atestiguar”.

El camino de Jesús es nuestro camino, es el camino que estamos llamados a recorrer y lo hacemos con gozo. Muchas veces cada uno, con su familia, comunidad o país, ha hecho el camino de Jesús, tomando su cruz, saliendo adelante, reconociéndolo resucitado de manera muy concreta. Es lo que les pasó a María Magdalena, a Juan y a Pedro. Dice el texto del evangelio que al ver el sepulcro vacío “Pedro también vio y creyó”. No se trata de la alegría del bienestar que hoy se nos promete, sino la alegría del que vive en la misericordia de Dios.

Este camino de seguimiento de Cristo es personal, de familia, de comunidad y social. El encuentro con Jesús de Nazaret, crucificado y resucitado, es un camino de entrega, de ruptura con lo ajeno a la dinámica del Reino de Dios, es un camino que deja una huella histórica, que tiene memoria. ¿Cuál es tu historia de encuentro con el crucificado resucitado? ¿Cuál es la historia de tu familia, comunidad cristiana, barrio, de encuentro con el crucificado resucitado?

En este tiempo de resurrección tenemos muchas historias reales que contarnos, historias edificantes, pequeños granos de mostaza, levadura en la masa, historias de verdadera humanidad, sencillas, historias de amor resucitado. Feliz pascua de resurrección.

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