Me gustas cuando no callas…: Berta Cáceres

Por Alex Vigueras ss.cc.

 

En la cosmovisión del pueblo indígena Lenca (mayor etnia indígena de Honduras) en los ríos están presentes los espíritus femeninos y, por ello, las mujeres son sus guardianas. Berta Cáceres se tomó en serio esta vocación de guardiana de los ríos y, por eso, fue asesinada el 3 de marzo recién pasado.

Su lucha está fuertemente marcada por su ser indígena y mujer. Por ello salió en defensa de la población Lenca de Río Blanco, cuando se pretendía construir allí la represa Agua Zarca, sobre el río Gualcarque. Desde su ser mujer entendió que el cuidado de la humanidad pasa por el cuidado de sus ríos y de la naturaleza, en general. Se opuso tenazmente, también, a la construcción de bases militares de EE.UU. en Honduras.

Berta CáceresCuánto bien nos hace esta cosmovisión de nuestros pueblos indígenas. Nuestra actitud frente al medioambiente será depredadora si seguimos considerando las montañas y los ríos solo como elementos a ser explotados para nuestro provecho, solo como materia a nuestro servicio. Necesitamos avanzar hacia esa mirada más radical que tienen los pueblos indígenas que ve la naturaleza, no solo como algo que está al frente nuestro, sino como algo que nosotros mismos somos.

Transcribo, a manera de homenaje póstumo, el discurso de Berta Cáceres en la ceremonia en que recibió el premio medioambiental Goldman, al año 2015. Que estas palabras nos inquieten, nos remuevan, nos hagan despertar:

“En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales el pueblo Lenca. Resguardados por los espíritus de las niñas, que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta.

El COPINH (Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras), caminando con los pueblos por su emancipación, ratifica el compromiso de seguir defendiendo el agua, los ríos y los bienes comunes de nuestra naturaleza, así como nuestros derechos como pueblo.

¡Despertemos, despertemos humanidad, ya no hay tiempo!

Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de estar solo contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal.

El río Gualcarque nos ha llamado, así como los demás que están seriamente amenazados en todo el mundo.

Debemos acudir. La madre tierra militarizada, cercada, envenenada, donde se violan sistemáticamente derechos elementales nos exige actuar. Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida. Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y de sus espíritus.

Dedico este premio a todas las rebeldías: a mi madre, al pueblo Lenca, a Río Blanco, al COPINH, a las y los mártires por la defensa de los bienes de la naturaleza”.

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