Ir al contenido

El triduo santo de los CPJ

Concepción, Anunciación y Cordillera. Los 3 CPJ supieron esperar la pascua y vivir con profundidad el triduo pascual.

En Concepción, se reunieron cerca de 80 jóvenes a realizar la ceremonia de la luz en el Parque Ecuador, ubicado frente a la casa del CPJ en Víctor Lama. Luego, la misa fue celebrada en una carpa instalada en el patio de la casa. Como ya es  tradición en el CPJ de Concepción, la resurrección vino de la mano de la postretón donde todos pudieron endulzar la pascua.

En tanto en el CPJ Cordillera cada año se vive un retiro de Semana Santa. Esta vez fueron cerca de 50 jóvenes de primero a cuarto medio que partieron a Pirque, a la casa Nuestra Señora de Luxemburgo, del Arzobispado de Santiago. Acompañados de sus asesores y asesoras, la reflexión giró en torno a los diversos personajes que estuvieron presentes en la crucifixión de Jesús y de la manera en que cada uno de los jóvenes se identificaba con esos personajes.

El momento central fue el viernes en la noche con la adoración de la Cruz y el sábado en la mañana en que pudieron ir descubriendo cómo reconocer la Resurrección de Jesús en su vida.

Finalmente este retiro terminó con la Vigilia Pascual que se celebró en el colegio Sagrados Corazones de Manquehue.

Por último, el CPJ de Anunciación partió a Puente Alta, cerca de la Quinta de Tilcoco en la VI Región. Ahí pasaron la semana santa en la capilla Santa Rosa de Lima, perteneciente de la parroquia Nuestra Señora del Rosario. Fueron días de misión y acompañamiento de las ceremonias que se viven en este triduo Santo, casa por casa fueron invitando a la gente a vivir estas ceremonias. Sobre lo que vivieron, Camila y Agustín nos comparten unas líneas.

Mi experiencia en las mkisiones de CPJ fue realmente increíble. Me di cuenta de que en verdad la felicidad está en lo más mínimo, como la sonrisa de un abuelito y la de una niña de 11 años cuando ve que la vas a acompañar a columpiarse, o cuando te despides de la gente y te da las gracias más sinceras que has escuchado por ir a vivir semana Santa con ellos. Puente Alta era un lugar donde vivía poca gente, por eso participaban siempre los mismos en las actividades que organizábamos, pero los que iban eran súper comprometidos, cantaban y participaban de las actividades con un ánimo envidiable, pero no solo hicimos actividades en la capilla de Puente Alta, sino que también fuimos casa por casa conociendo las vidas de las personas que nos recibían, incluso a algunos nos invitaban a almorzar, o los niños iban a jugar a la pelota al colegio donde nos quedábamos. En pocas palabras, las misiones me hicieron sentir plena, completa y lo más importante… feliz!

Camila Meneses

CPJ anunciación