Fuente: Picpus SS.CC.
Ya en 1827, en concreto el 8 de febrero, llegó a Valparaíso el primer grupo de misioneros ss.cc. con destino a las Sandwich, con el p. Alejo Bachelot como superior y Prefecto Apostólico. Permanecieron el puerto hasta el 24 de marzo, cuando zarparon camino del Perú. Pero la primera presencia estable de la Congregación en América Latina tendrá́ lugar algo más tarde.
En 1833 se creó la Vicaría Apostólica de la Oceanía Oriental y fue nombrado Vicario Apostólico el p. Jerónimo (Esteban) Rouchouze, con el título de obispo de Nilópolis. Varios hermanos fueron asignados como acompañantes. Incluso antes de la consagración episcopal del Vicario Apostólico, el Buen Padre envió un primer grupo que tuvo como superior y Prefecto Apostólico al p. Juan Crisóstomo Liausu (de 26 años). Los pp. Francisco de Asís Caret (31 años) y Honorato Laval (25 años), y el Hermano Columbano Murphy (27 años) compusieron el grupo, que llegó a Valparaíso el 13 de mayo de 1834.
Allí los acogió muy favorablemente el franciscano español p. Andrés Caro. A instancias de este religioso pronto se reflexiona sobre la posibilidad de una fundación en Valparaíso, como base para las misiones del Pacífico y también como respuesta a las necesidades pastorales de la ciudad, escasa de clero. Finalmente, cuando el grupo partía hacia las islas Gambier, el p. Juan Crisóstomo quedó en Valparaíso.
Mientras el grupo apostólico evangelizaba Mangareva y las demás islas del archipiélago de las Gambier (con bastante éxito), el p. Juan Crisóstomo ayudaba al p. Caro y hacía las primeras gestiones para establecer una Congregación no española en Chile, idea bien acogida por las autoridades de la recién creada República.
Cuando llegó a Valparaíso Mons. Rouchouze (19 febrero, 1835) visitó al obispo de Santiago y al presidente de la República, dejó en Valparaíso al p. Federico Pagès (posteriormente superior de la comunidad) y al hermano Nilo Laval, y continuó el viaje hacia las Gambier. El p. Caro había donado su Casa de Ejercicios a la Congregación; partió para Bolivia como maestro de novicios en mayo de 1836, pero los dos sacerdotes ss.cc. vieron que además había que fundar un colegio para atender a la juventud.
El p. Juan Crisóstomo gozaba de la confianza de las autoridades y supo manejarse para abrir el colegio, lo que sucedió oficialmente el 30 de mayo de 1837, cuando el Ilustre Cabildo de la ciudad le concedió la licencia. Es el colegio privado más antiguo de Chile. También trabajaron en la preparación de una casa para las hermanas, que con la Hermana Cléonisse Cormier a la cabeza, llegaron el 1 de noviembre de 1838.
En 1839 se declaró una epidemia de peste que afectaba a soldados que volvían de la guerra; el p. Juan Crisóstomo se entregó al cuidado de ellos, con actitud heroica, falleciendo contagiado por la misma enfermedad, a los 32 años de edad, el 5 de septiembre de 1839.