Nuestra tarea

Por Pablo Fontaine ss.cc.

Los hermanos de esta Congregación están dedicados a contemplar, vivir y anunciar el Amor que está en el interior de Jesús y María.

Qué es contemplar

Si llegas a lo alto de una montaña y te quedas asombrado del paisaje, eso es más que “mirar”, te alegras, te admiras, amas tata luz y tanto color.

Contemplas.

También si miras niños que juegan y se ríen al sol. También el pololo que mira a la polola con risueño cariño. Todos ellos contemplan.

Hemos decidido dedicar nuestras vidas a contemplar a Jesús. Lo contemplamos mientras corre y se ríe en su caserío de Nazaret, en su trabajo de joven y en sus grandes decisiones de adulto. Mirando el Tabernáculo, lo contemplamos resucitado, y presente en la actividad y en el dolor de toda la gente. Cuando uno está arrodillado adorando la Eucaristía, le viene el recuerdo de tanto sufrimiento, especialmente de los pobres. En todos ellos contemplamos a Jesús.

Y así somos contemplativos.

Qué es vivir ese amor.

Cuando un está con un grupo de gente querida, se alegra. Cuántos recuerdos en la vida de un viejo religioso, desde los cumpleaños familiares, las noches conversadas con entrañables amigos, campamentos a la luz de la luna y el tecito en el fogón.

Nada igual a la mutua compañía entre gente que se quiere y sabe que cada uno de ellos vive para Jesús. Y todos felices por saberse amados por el único Padre.

Qué regalo es trabajar juntos para llevar a otros la alegría del Evangelio. Así somos “compañeros de Jesús y de sus hermanos…

Qué es anunciar

Es un intento de mostrar a Jesús y su Reino como una alegría que o conocen fácilmente aquellos que sufren sin el consuelo que proporciona el Espíritu de Jesús. No hace mucho escuchaba yo a un padre de familia muy pobre con hijos muy enfermos y lo veía reteniendo el llanto que estaba en su garganta. Había otro tanto en la mía. Nuestros llantos callados brotaban también de Corazón de Cristo.

Por eso anunciamos el Reino y padecemos con el otro, para que se levanten los caídos y sus ojos se iluminen al saber que los ama Cristo.

Así somos “compasivos” frente a Jesús y los suyos.

Pasamos por este mundo tratando de poner el Corazón de Cristo y el de su Madre en cada hogar, en cada población, en cada país, en cada corazón.

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