Colombia: ¡Que la paz florezca y perdure!

Con un “balígrafo” se firmó el pasado 26 de septiembre el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC). Un “balígrafo”, es decir, una bala transformada en bolígrafo fue, tal vez, el signo más elocuente de este momento histórico. Así como profetizó Isaías: “Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas” (Is 2,4).

Oh, Dios, Señor de la vida y de la paz, haz que esta paz recién sembrada se transforme en árbol frondoso, en fuente de alegría y vida nueva para el pueblo colombiano. Transforma el llanto en fiesta y la muerte en esperanza de tiempos nuevos para todos. ¡Que la paz la vean los hijos y los hijos de los hijos! ¡Que la paz florezca y perdure para siempre!

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