Con amenaza de lluvia partieron a pasar la noche del viernes 14 de octubre más de quince jóvenes de la Pastoral juvenil de la congregación, a la estación 11 ubicada en la carretera, pronto a llegar a Auco. La idea era ser el último empujón de ánimo para lograr llegar a la meta y enterar los 27 kilómetros de peregrinación que hace 26 años realiza la Vicaría de la Esperanza joven hasta el Santuario de Santa Teresa de Los Andes. Ya el sábado el número de voluntarios provenientes del Colegio SS.CC. Manquehue, la Parroquia San Pedro y San Pablo y Río Bueno, llegó a 33, quienes con una tremenda energía soportaron el frío y no pararon de cantar hasta que pasó el último peregrino.
“Vivir en Cristo acogiendo las heridas del hermano”, era el lema de la estación. Unas cruces que tenían escrito algunas de las heridas actuales de nuestra sociedad, eran entregadas a los peregrinos para pasar por la estación reflexionando cómo cada uno acoge a los hermanos que viven esas heridas, como situación de calle, violencia contra la mujer, segregación social, discriminación a inmigrantes y minorías sexuales, etc.
Para Tomás Sanhueza, Coordinador de la Pastoral del Colegio SS.CC. Manquehue, la experiencia de hacerse cargo de una estación fue excelente. “Tenemos que repetirlo”, aseguró, “es un espacio de servicio, tuvimos que transmitir mucha energía, alegría porque a esas alturas venían todos muy cansados, además de acompañarlos en un momento de reflexión mientras cargaban la cruz”.
La estación estaba acompañada de las figuras de Esteban Gumucio y Damián de Molokai, que fueron nutriendo la animación de los peregrinos.
Por su parte, muchos jóvenes de las pastorales juveniles de obras y parroquias ss.cc. hicieron todo el recorrido y llegaron hasta el Santuario de Auco a vivir la Eucaristía que tuvo un llamado especial a vivir la misericordia y a participar de las próximas elecciones del país. La participación de esta versión de la caminata superó las 70 mil personas.
