Con gran alegría como familia religiosa, celebramos la profesión de los votos perpetuos de nuestro hermano Oscar Casanova ss.cc., durante la mañana de este sábado 10 de junio en la parroquia La Anunciación.
Decenas de hermanos no solo de nuestra provincia llegaron a acompañar a Oscar. También lo hicieron sus familiares que vinieron desde La Unión, y laicos de cada uno de los lugares donde Oscar ha servido en Chile.
La ceremonia comenzó con la invocación al Espíritu, la cual los hermanos de la congregación realizaron cantando.
Durante la homilía, el Superior Provincial de los Sagrados Corazones, Alex Vigueras recordó a Oscar que “agarrados de Dios es posible este discipulado para ti. La promesa de Dios es para siempre, él no se desentiende de sus promesas que es acompañar a los más pequeños. El profeta le dice al pueblo: «ahí está Dios»; que la gente al verte diga: «ahí está Dios». En nuestra vida pequeña y sin grandezas está Dios, el que enjuga nuestras lágrimas, y no solo hay que ver llorar, sino secar las lágrimas como lo hace Dios. Secar el llanto de otro es un gesto de mucha intimidad, y Dios transfigura nuestro llanto en fiesta, ya no habrá muerte, ni lágrimas, ni gritos, ni fatiga”.
Al finalizar la profesión de votos perpetuos, Oscar agradeció uno a uno a las personas de los lugares donde ha servido pastoralmente y donde ha vivido; La Unión (su familia y amigos), Cerrillos de Curacaví, parroquia San Damián de Molokai, CPJ Anunciación, Colegio SS.CC. Manquehue, Chiapas en México, Filipinas, parroquia San Pedro y San Pablo que hoy lo acoge como vecino.
Y recordó unas palabras del Superior provincial que quedaron resonando: “«No fueron los grandes tratados de teología ni fueron las grandes reflexiones, sino que fue el olor a la tierra húmeda, a la leña, las sutiles conversaciones al calor de la estufa, largas y pequeñas, las caminatas, las que quedan». Y eso viene de La Unión y de su gente; ellos me ayudaron a percibir el sabor y el aroma de Dios, sobre todo al principio, ese aroma que siempre estuvo ahí pero que en un momento aparece con mucha fuerza y te desarma la vida y te invita a asumir la novedad”.
Oscar terminó agradeciendo a todos quienes le han mostrado que es posible caminar hacia el seguimiento de Jesús: “Hoy estoy dando un paso cardinal, muy importante, pero no es el primer paso que he dado, le preceden muchos y este paso va a ser fundante para otros que vienen. Y este se suma a otros pasos de muchos otros y otras que han decidido seguir a Jesús, como mis hermanos y laicos que se comprometen diariamente, sin tanta ceremonia pero con mucha profundidad, a construir un mundo mejor. Me gustaría que esta celebración sea un celebrar cada paso de cada uno de nosotros. Para mi este es un gesto de fe, es mi manera de decir «yo creo, pero ayúdame a creer más, creo que eres fuente de vida, de vida abundante, y quiero seguir teniendo vida en abundancia»”.
Luego de la eucaristía todos participaron de un compartir fraterno junto a Oscar y su familia en el galpón de la parroquia.