Fuente: Comunidad Diego de Almagro - Blog Misión Atacama
Muy contentos quedamos con la realización del Encuentro Diocesano de Jóvenes por la pascua de don Fernando Ariztía, que tuvo lugar el sábado 24 de noviembre (él falleció un 25 de noviembre). La pastoral juvenil de Diego de Almagro fue la anfitriona. Nos reunimos bajo el lema: “No tengas miedo de dejar lo bueno… Jesús te invita a lo grandioso”, inspirado en el pasaje del joven rico.
Participaron unos 400 jóvenes, provenientes de parroquias y colegios de toda la diócesis, desde los más lejanos que venían de Freirina, hasta los vecinos de Salvador. Las delegaciones comenzaron a llegar temprano el día sábado, así es que los acogimos con un buen desayuno. Luego tuvimos un momento de recreación y juegos en el atrio de entrada al Liceo Manual Magalhães (sede del encuentro). Posteriormente celebramos la eucaristía presidida por el obispo y concelebrada por varios de los sacerdotes de la diócesis. Los jóvenes se sentaron en unos cojines que habían recibido de regalo, lo cual le dio a la celebración un aire de familiaridad que fue importante. Mons. Celestino Aós habló de manera sencilla y coloquial a un grupo de jóvenes que lo escuchó con atención. En la presentación de los dones cada valle ofreció un signo. El valle sur presentó todo el proceso de la fabricación del aceite de oliva: el olivo, la aceituna, el orujo y el aceite de oliva. El valle centro presentó una mochila como signo de la vida de los jóvenes cargada de alegrías, tristezas y esperanzas. El valle norte presentó una fuente de piedra tallada por Gabriel Horn, como signo de la vida nueva.
Después de la eucaristía tuvimos trabajos en grupo en los que se conversó acerca de la buena noticia en nuestras vidas y la buena noticia que nos comunicó don Fernando Ariztía. Luego, compartimos un rico almuerzo con «Pollos Ariztía» asados, acompañados de arroz, ensalada de papas, pan y bebida. Muchos de los visitantes comentaron que nunca se había servido tan rápido el almuerzo ni se había podido recibir todavía caliente. Fue mucha la gente que colaboró para que todo resultara bien, sobre todo, la comunidad Enrique Moreno.
Después del almuerzo tuvimos el “Juego de ciudad” en el que cada grupo tenía que ir pasando por diferentes pruebas en distintos puntos de la ciudad: pasar una fila de 30 personas por un hula-hula, ida y vuelta; pasar por una enredada tela de araña; con unos vasos ir llenando una botella con agua… el problema que quienes llenaban el vaso eran los bomberos… así es que, como podrán suponer, quedamos todos mojados… Finalmente había que armar un rompecabezas con la imagen de Fernando Ariztía.
Luego nos desplazamos todos hacia la Virgen de la Gruta en un verdadero pasacalle de contagiosa alegría. Cuando llegamos al pie del cerro se nos pidió a cada uno tomar una piedra y ponerla al pie de una gran cruz de madera. Finalmente, subimos a la gruta para escuchar a Fernando Leiva que nos deleitó con sus canciones. Quienes estuvimos ahí sentimos que fue un momento muy profundo, de alegría y de meditación, de gozo compartido y de oración. Además, la vista era impresionante. Fue un momento realmente bello. Varias personas estaban emocionadas.
Al final del concierto homenajeamos a María con un rosario gigante hecho con globos inflados con helio. Rezamos y lanzamos el rosario hacia el cielo. Fue un momento emotivo y bello. Los jóvenes se veían felices. Se autografiaban los cojines unos a otros, como signo de la cercanía y amistad que habían vivido ese día.
El domingo 25 nos juntamos todos los que participamos en la organización del encuentro en un almuerzo. Estábamos muertos de cansados, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Felices por el encuentro realizado, impresionados por el buen ambiente que logramos como equipo y conscientes de que todo esto había sido un tiempo de gracia.