Al terminar uno de los años más difíciles para la iglesia en Chile, con todo lo que hemos vivido desde la visita del Papa a nuestro país en enero recién pasado, queremos hacer pública la situación actual de dos religiosos de nuestra Provincia SS.CC.
En distintas oportunidades hemos declarado nuestra voluntad de escuchar a las víctimas de aquellos casos que nos han afectado, y coordinar todas las acciones que estén a nuestro alcance para reparar y acompañar su dolor. Creemos que ha terminado el tiempo de encoger los hombros. Sin embargo, hacerse cargo de la verdad y enfrentarla no ha sido fácil, y ha supuesto un esfuerzo constante de leer y releer el evangelio de Jesús, que en tantos momentos hemos olvidado en nuestra iglesia convaleciente.
Así, cuando el año 2014 se hizo público el vínculo de nuestro hermano Gerardo Joannon con los casos de adopciones irregulares, dijimos con vergüenza que “las lágrimas son sagradas”. Con el tiempo hemos comprobado que donde haya una lágrima derramada o un ser humano vulnerado, más aún si el causante es un clérigo, debemos enfrentar la verdad con todo el desgarro que nos pueda provocar.
Juan Andrés Peretiatkowicz
Durante el mes de junio comunicamos a la opinión pública la apertura de la investigación a Juan Andrés Peretiatkowicz, por denuncias en su contra. Al día de hoy, esta investigación ha finalizado con el convencimiento de verosimilitud de las acusaciones en su contra por abuso de menores y por lo tanto el expediente ha sido enviado a Roma, a la Congregación para la doctrina de la fe.
Hemos atendido –y hemos ido mejorando- las demandas de las víctimas, que han solicitado la implementación eficiente de protocolos de prevención de abuso y la calificación y certificación de quienes trabajan con jóvenes y niños en nuestras pastorales. Este trabajo está a cargo de profesionales idóneos y en proceso de optimización.
Nos hemos sumado al esfuerzo de la iglesia, por medio del Consejo para la Prevención de Abusos de la Conferencia de Religiosos (CONFERRE), formándonos para promover el buen trato y prevenir abusos en ambientes pastorales y desde este nuevo espacio de conciencia y formación, estamos trabajando en protocolos, ofreciendo una escucha atenta, empática y comprometida, donde lo que nos impulsa más profundamente es el amor por el evangelio de Jesús y el amor a nuestro pueblo, queriendo ser fermento de una iglesia al servicio y del cuidado de la vida. También hemos solicitado ayuda para que en este avanzar en intentar hacer las cosas bien, no se nos quede nada ni nadie fuera.
Gerardo Joannon
Como es de público conocimiento, las acusaciones en su contra fueron conocidas por la justicia eclesiástica y civil en el año 2014. La investigación previa de la iglesia declaró verosímiles los hechos imputados, luego de lo cual el expediente fue enviado a Roma. Finalmente, el Vaticano dejó en manos de nuestra congregación las decisiones sobre él. En el ámbito civil, el fallo en su contra lo absolvió, pues los delitos que se le imputaron estaban prescritos según consta en el fallo del señor Mario Carroza Espinoza, Ministro Extraordinario de la Corte de Apelaciones de Santiago del 18 de febrero de 2015.
Luego de esto, hace más de 2 años, Gerardo Joannon solicitó a la congregación un permiso de ausencia canónica, es decir, que por voluntad propia solicita no vivir en una comunidad de la congregación, pero no deja de ser sacerdote ni de pertenecer a la congregación. Durante estos años, con licencia otorgada por el entonces obispo del lugar, Cristián Contreras Molina, Gerardo ejerció el ministerio en el sector parroquial de El Almendral de la diócesis de San Felipe.
El permiso llegó a su fin este mes de diciembre y el nuevo Administrador Apostólico de San Felipe, Jaime Ortíz de Lazcano, no le ha renovado el encargo pastoral en coordinación con nosotros.
Por otra parte, durante este año 2018, Gerardo ha solicitado volver a vivir en una comunidad de la congregación. Por estas razones iniciamos un proceso de reincorporación en base a acciones y condiciones que debían realizarse de manera previa y posterior a su posible reincorporación.
Se le solicitó realizar una terapia con un psicólogo y un acompañamiento espiritual a cargo de un hermano de la congregación, lo que ha realizado durante todo el último año.
No negamos que ha sido una decisión difícil, donde además de los factores mencionados, hemos tenido en consideración que su estado general de salud se está deteriorando paulatinamente dado sus 82 años.
Así, se ha decretado la “obediencia con condiciones”, que serán las siguientes:
- Residir a contar del 26 de diciembre de 2018, en la casa de la provincia chilena de la congregación ubicada en la comuna de Ñuñoa, Santiago.
- Solose le asignarán tareas al interior de la casa, en la sección de la enfermería con los hermanos mayores.
- No podrá administrar sacramentos en la arquidiócesis de Santiago, tales como matrimonios, presidir funerales, eucaristías, bautizos, confesiones u otros sacramentales con carácter público. Por lo mismo no será presentado por el superior provincial al arzobispo del lugar para estas tareas.
- Se le prohíbe dar entrevistas u opiniones a ningún medio de comunicación ni redes sociales.
Confiamos en que el tiempo de Adviento, que acabamos de terminar, y la Navidad, nos regale la esperanza que “el desierto y la tierra reseca se regocijarán, el arenal de alegría florecerá…” (Isaías 35,1). Y que los desiertos de nuestras vidas personales y la vida religiosa, por la acción del Espíritu y el regalo de la encarnación de Jesús, sean motivo renovado de fidelidad al seguimiento del Señor, un bálsamo a los dolores de las víctimas y un camino cierto para un futuro más pleno de vida, como lo quiere Jesús, el único Buen Pastor por excelencia (Juan 10,10).
Santiago de Chile, Navidad 2018
René Cabezón Yáñez ss.cc.
Superior Provincial
Congregación de los Sagrados Corazones