Domingo de la Santísima Trinidad

Por María José Negrete, profesora de religión del Colegio San Damián de Molokai

«Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora”

Cuando escuchamos que Jesús habla a sus discípulos, ¿nos sentimos parte de ellos? ¿Quiénes son los discípulos de Jesús hoy? Muchos oían a Jesús enseñar pero no entraban en una relación de discipulado. Pocos se comprometen a seguir a Jesús, prueba de ello son los apóstoles quienes aun compartiendo con él, lo abandonaron.

En el evangelio de hoy encontramos que el discípulo está en formación toda su vida. Jesús hoy dice: “Muchas cosas me quedan por decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora”. La revelación ya está dada en Cristo, pero aún estamos aprendiendo. El Espíritu Santo nos está comunicando la verdad y el amor del padre y del hijo hacia nosotros.

San Pablo lo detalla en la segunda lectura: “Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo…” y continúa: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo…”.

Muchos dicen ¡Qué complejo es comprender algo como el misterio de la Trinidad! Eso de ser tres personas y un solo Dios.

Para comprender la acción de la Trinidad, podría ser así: Existe uno que ama (el Padre) uno que es amado (el Hijo) y amor que les une (el Espíritu Santo).

¿Cómo podemos entender la Trinidad, entonces, en nosotros? La enseñanza que nos deja el amar y reconocer a Dios como uno y trino, es que con este ejemplo nosotros, nuestra Iglesia, nuestra comunidad, nuestros ambientes, están llenos de personas iguales y diversas; iguales en dignidad y diversas en características. La diversidad de dones y carismas; las distintas personalidades, habilidades y caracteres, las distintas actividades, servicios, ministerios, etc., todos se unen en un solo cuerpo llamado Iglesia, y a donde todos hemos sido llamados y congregados.

¿Esto no se transforma entonces, en una necesidad de aprender a vivir en comunidad y como un solo cuerpo como lo señala San Pablo a los Corintios? Se hace urgente que haya discípulos que estén comprometidos, a entregarse y que a la luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, logren salir al encuentro de los hermanos, en el servicio, en la entrega hacia los demás, hacia quienes más lo necesitan y aquellos que por culpa de un mal testimonio, se alejan de este Dios trino que los ama infinitamente.

Que esta Trinidad que nos crea y que se nos dona desde el Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo, nos renueve cada día en este compromiso de contemplar, vivir y anunciar el amor de Dios a todos nuestros hermanos.

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