Las líneas y criterios para la construcción de ambientes de cuidado y relaciones de buen trato, elaboradas para ser aplicadas en las pastorales juveniles de la congregación, están en constante cambio. A la versión entregada hace un año, se entregó una nueva versión revisada y optimizada por los mismos asesores de las pastorales y los jóvenes.
Mariángel Gómez, quien ha acompañado este proceso durante el 2019, es enfática en decir que la idea es que el protocolo “todos los años se revise, se mire, se reflexione en torno a él, no puede ser un documento que pierda vigencia y que quede en el cajón. Y en ese espíritu también es que se generan instancias de revisión”. En agosto de este año se reunieron los referentes de pastoral juvenil de cada obra de la congregación incluidos los colegios, quienes cuentan con sus protocolos propios que obedecen a las autoridades competentes.
“Los jóvenes han tenido un rol protagónico en la construcción de este documento. Son ellos los que van detectando la necesidad de contar con esta herramienta y son los que nos van mostrando cuando sienten que hay un vacío, cuando creen que hay algo que no responde a todas sus inquietudes, y eso también ha significado ir haciendo nuevas revisiones, subir los estándares, complementar ciertas cosas que den la suficiente tranquilidad de que lo que se va a hacer, va a resguardar el bienestar de todos”, precisa Mariángel.
Y también cuenta que reflexionar sobre estos temas permite reflexionar sobre las propias prácticas y cómo poder ir mejorando. “Debemos ser capaces de construir ambientes que sean de mejor trato, que sean más democráticos, donde haya más espíritu crítico, más reflexión y participación protagónica. Esto implica que los jóvenes también deciden y proponen no solo porque está escrito en el papel, sino porque los procesos de cómo se elabora y cómo se actualiza esto, debe tener -y ha tenido- en el centro a los jóvenes de la congregación”, puntualiza.
La última versión del documento está disponible en la web oficial de la Congregación de los Sagrados Corazones, aquí.