Como Gobierno Provincial de la Congregación de los Sagrados Corazones en Chile, hacemos nuestras plenamente las palabras del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile y de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile, CONFERRE, en cuanto debemos llamar a la unidad, a la oración y a enfrentar los temas de justicia social que están en el fondo de este estallido de descontento que hemos vivido estos días y que nos mantiene acongojados.
Queremos ponernos del lado de quienes nos han ayudado a despertar como país; sin odio, sin violencia, pero con la firmeza de sabernos hijos de Dios, y por lo tanto, hermanos unos de otros, con la dignidad de tal. Es este también el momento para reinstalar la dignidad de toda persona humana, que cada uno reciba lo que Dios le ha regalado, lo que cada uno merece… Un país de hermanos en igualdad de condiciones, en relaciones recíprocas de equidad, no de la escandalosa brecha que por tantos años hemos presenciado.
En momentos de violencia de lado y lado, debemos acompañar a nuestros hermanos y vecinos pobladores tejiendo redes de solidaridad, que nos sostengan y nos liberen de las cárceles cotidianas e invisibles como la falta de oportunidades o el narcotráfico.
Llamamos a todas las laicas y laicos, diáconos permanentes y a todos quienes participan en nuestras obras pastorales, a que podamos estar muy unidos en la oración, pues solo ella reforzará nuestro compromiso esperanzado de usar la no violencia activa como una manera de protesta pacífica, y renovará la convicción de trabajar en la construcción de un Chile justo y equitativo, buscando en conjunto y con creatividad, las soluciones profundas que nuestro pueblo busca.