“El tiempo se ha cumplido, El Reino de Dios está cerca,
Conviértanse y crean en la Buena Noticia…”
(Mc. 1, 14-20)
Cuando hacemos referencia al “tiempo” en el día de hoy, pensamos inmediatamente en horarios, calendarios, reloj, estrés, etc. Es en vista de la “productividad” que el tiempo adquiere importancia y a veces sentimos que nos sobrepasa. Pero desde la perspectiva del evangelio es diferente, lo veo como el momento en que se concretó algo, y algo que se estaba forjando.
La frase “El tiempo se ha cumplido” solo puede ser proclamada desde una “convicción”, desde un entendimiento interior. Como cuando uno dice “es ahora” o “basta de esperar”. Por ejemplo si tenemos un proyecto lo vamos corrigiendo, borrando, perfeccionando… hasta que en algún momento nos decimos “¡Esto Es!”, o “dimos en el clavo” o “le achuntamos”, o simplemente “se nos prendió la ampolleta”. Entonces de ahí en adelante comenzamos a poner en práctica ese proyecto y vamos hacia adelante, adquiriendo sentido todo lo que vivimos anteriormente.
Eso pienso que le pasó a Jesús al leer la realidad que le rodeaba, al rumiar día a día lo que sentía podría ser su misión y vocación en la vida. Me gusta imaginarlo en ese proceso en el que no lo tenía muy claro y que poco a poco, al paso de cada día de su vida fue observando, cuestionando, corrigiéndose, aprendiendo, escuchando hasta que un día comprendió y entendió lo que tenía que hacer y asumió el Proyecto del Reino.
Una cosa que me sigue sorprendiendo de Jesús es su bondad al considerarnos parte esencial de la construcción del Reino de Dios. El texto indica que comienza a llamar a los discípulos, hombres muy sencillos, pero no solo a ellos sino a toda la humanidad desde ese instante. Y, una vez más, la dimensión comunitaria es fundamental en este Proyecto. Nos invita a “cambiar de mentalidad” (conviértanse) y a que “tengamos confianza” (crean). Cada uno de nosotros somos partícipes activos y no meros espectadores de la Buena Noticia.
Lo más interesante es que este llamado se extiende a cada uno de nosotros, hasta el día de hoy, a seguir en esa dinámica de la construcción y anuncio del Reino de Dios “hasta el infinito y más allá” como decía Buzz Lightyear.