La actividad central del programa de celebración, fue una eucaristía presidida por el Nuncio Apostólico en Chile, monseñor Alberto Ortega. La alegría se manifestó en cánticos, oraciones y conversaciones de los presentes, a las que se sumaron en un emotivo silencio por las víctimas del covid, el cantar de las aves del cielo.
Anita Cáceres, quien guió la liturgia y es una coordinadoras de la Causa del Padre Esteban Gumucio en la parroquia San Pedro y San Pablo, en la comuna de La Granja, en Santiago, estaba feliz al término de la misa. «Es que es una gran alegría, una necesidad que una tenía de vivir una misa en comunidad, y cuánto mejor si ha sido para celebrar los 107 años del querido padre Esteban Gumucio».
En efecto. Este liturgia fue la actividad central en este año para celebrar el 107 aniversario del natalicio de quien fuera el primer párroco de esta parroquia San Pedro y San Pablo. La eucaristía estuvo presidida por el Nuncio Apostólico en Chile, monseñor Alberto Ortega, y concelebrada por sacerdotes de la zona y de la congregación.
Anita añadió que esta celebración ha servido “para darnos ánimo, recargarnos de energía, y tomar el camino como lo enseñó el Tata Esteban: ‘fijo los ojos en Jesús'», dijo. «Estamos retomando un camino muy bello y con mucha energía, le pedimos al Padre Esteban que nos siga acompañando. Nosotros debemos darlo a conocer más porque en esta iglesia que ha sufrido mucho, también hay buenos sacerdotes y entre ellos un gran pastor que es el Padre Esteban”, indicó.
Visita del Nuncio
El Nuncio Alberto Ortega, al llegar el lugar, se dirigió primero a conocer la tumba de Esteban Gumucio que se ubica al costado del templo parroquial. Aquí junto a sacerdotes de la Congregación y laicos y laicas de la comunidad cristiana, recibió testimonios sobre el Siervo de Dios, oró y saludó a los presentes.
En el lugar, el representante del papa Francisco en Chile, expresó su alegría de “poder venir a compartir en un día tan significativo que recuerdan el nacimiento del padre Esteban Gumucio, el Tata Esteban, como se lo recuerda con cariño”, comenzó diciendo.
“Es bonito tener testigos que nos acompañan en el camino y por eso es un aliciente, como decíamos en la oración, para vivir la santidad y seguir el ejemplo que nos han dejado tantas personas que gracias a Dios no faltan, que el Señor pone en nuestro camino y que dejan huellas en nuestras vidas para seguirlo a Él, fijando los ojos de Jesús, y hacer una contribución que es un bien para todos”, añadió.
Junto con manifestar que le gusta “poder salir un poquito más y celebrar con un poquito más de aforo”, monseñor Ortega pidió “seguir cuidándonos”, y que este domingo “sea un día de gracia y de bendición”. Concluyó indicando que el “mejor modo de recordar a Esteban Gumucio es intentar seguir su ejemplo con la vocación de cada uno, allí donde esté. Fijos los ojos en Jesús y nuestra vida tocada por el Señor, que sea una fuente de bien y de bendición para nuestros hermanos, especialmente para la gente que encontramos y que más necesitan”, señaló.
Luego, el Nuncio visitó el albergue que forma parte del inmueble de la parroquia y que reúne a personas de la calle de la comuna de La Granja.
Posteriormente, dio inicio a la misa fue seguida, la que se realizó con estricto cumplimiento de las normas sanitarias. Esta fue transmitida por las redes sociales de la Congregación de los SSCC y de la parroquia.
Hasta las aves del cielo cantaron
Las liturgia fue concelebrada por sacerdotes y diáconos de la zona y de la Congregación de los Sagrados Corazones, y el eje articulador de la reflexión -así como fue con otras actividades realizadas- fue el poema de Esteban Gumucio “Ciudadano del Mundo”.
Por este motivo, en la participación litúrgica estuvo presente la comunidad eclesial, pero también las comunidades educativas de los SSCC y el entorno del barrio, con vecinos y vecinas que hicieron oración representando a establecimientos de salud y educación que llevan el nombre de Esteban.
Uno de los momentos más emotivos, fue cuando en la oración por los difuntos, que v a continuación de la consagración de las especies, y que realizaba como concelebrante el padre Sergio Silva, sscc, se dedicó «un minuto de silencio» en memoria de las 37 mil personas fallecidas hasta ahora por el covid-19. En ese momento, el profundo silencio hizo resaltar el cántico de los pájaros que habitan la tumba de Esteban Gumucio y danzaban saltando de árbol en árbol de la parroquia. Así las aves del entorno se unían al sentido homenaje en el “Día de las Condolencias y el Dolor”.
Reacciones
El sacerdote Sandro Mancilla, sscc, párroco de San Pedro y San Pablo, manifestó que “ha sido una gran alegría celebrar hoy presencialmente. Es un desafío, también, porque habíamos perdido el ritmo pero hubo mucha colaboración. Todas las personas entendieron también que el templo no es muy grande y que hay mucha gente que se quedó sin poder estar aquí, pero nos siguen en las redes sociales que también nos sirven para estar con todos y todas. Esteban está en el corazón de todas las personas y solo nombrarlo ayuda a que todos celebremos su presencia y lo que él nos dejó a todos”.
Por su parte, el provincial, René Cabezón, sscc, señaló que fue una eucaristía «muy emotiva por dos motivos. La primera, porque nos reencontramos tras mucho tiempo, con un aforo de 100 personas, encontrarte con mucha gente de la parroquia después de tanto tiempo. Y en segundo lugar, para celebrar una vez más con alegría, sus 107 años de este regalo que Dios no nos ha dado. Así que he sentido todo motivo de alegría”.