Alex Vigueras: “Enamorémonos más de Jesús y de nuestro pueblo”

En una entrevista en revista VIDA NUEVA de España, Alex Vigueras ss.cc, explica que la sinodalidad «es una invitación a cambiar para ser más fieles a aquello que somos: Iglesia de Cristo, Pueblo de Dios, en camino a la plenitud del Reino. Plenitud que anhelamos y que, al mismo tiempo, portamos, que todo ser humano lleva en sí, no solo el cristiano. Sinodalidad dice más que “comunión”. Solemos malentender la comunión como armonía entre los que formamos la Iglesia. La comunión es poner en común el don que cada uno tiene, que cada uno es. Eso está más cercano de la sinodalidad. Y eso es mucho más bello y complejo que la pura armonía, esa mirada integra mejor el conflicto, la alteridad, la pluralidad».

Añade que «la sinodalidad es más que un caminar de iguales. La invitación de Jesús no es a relacionarnos con los demás de igual a igual. Nos invita a hacernos siervos, a lavar los pies. Solo una actitud como esa puede garantizar una sinodalidad verdadera, cueste lo que cueste».

«Caminamos juntos, aunque nos han dado ganas de tirarlo todo por la borda por una Iglesia que ha sido motivo de vergüenza, que a veces quiere ser una élite espiritual, con formas que hoy escandalizan; abandonar porque nos sentimos perdidos. Sin embargo, hemos querido seguir caminando como Rut al lado de Noemí (“no insistas que te deje… tu pueblo será mi pueblo, tu Dios será mi Dios”). Y eso porque hemos experimentado a Dios mismo caminando a nuestro lado con esa sorprendente fidelidad. Fidelidad expresada en tanta gente que nos ha alentado, que nos ha acompañado, que no nos ha abandonado».

Alex Vigueras Cherres nació hace 57 años en un campamento minero dedicado a la extracción del salitre, en pleno desierto de Atacama. Conoció la Congregación de los Sagrados Corazones en la Parroquia Universitaria, cuando estudiaba Medicina en la Universidad de Concepción. Terminado el cuarto año, ingresó en la congregación seducido por las comunidades en la Iglesia y por la experiencia misionera; sobre todo, por el sentido de la vida, del dolor y la muerte, respuestas que no encontraba en la Medicina.

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