El Sínodo cambia la Vida Religiosa

La asamblea plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) de congregaciones religiosas femeninas, tuvo lugar la semana pasada en Roma. Esta organización se reúne cada tres años y esta vez más de setecientas religiosas, al frente de congregaciones presentes en todo el mundo, se reunieron del 2 al 6 de mayo, dando vida a un rico debate sobre el tema «Abrazar la vulnerabilidad en el camino sinodal».

Según informó el Vatican News «muchas disertantes ofrecieron reflexiones sobre los temas de la vulnerabilidad y la sinodalidad. Según Ted Dunn, experto en psicología, «abrazar nuestra vulnerabilidad forma parte de una transformación interpersonal interior».

Aunque hoy «la vida religiosa se enfrenta a tortuosas encrucijadas, en la gracia se levantará de nuevo», subrayó el relator. Tres religiosas compartieron su experiencia personal sobre cómo hacer frente a situaciones vulnerables en el curso de su vocación.

La hermana Carmen Mora Sena (que habló sobre «ser líder en tiempos de pandemia») dijo estar convencida de que «el modelo de liderazgo en las comunidades que necesitamos hoy debe ser alimentado por la conciencia de la vulnerabilidad». La hermana Anne Falola («como misionera») compartió su descubrimiento de ser una minoría en el lugar de su misión: «Vivir la kenosis de Cristo coloca a las religiosas en una situación de vulnerabilidad objetiva».

La hermana Nathalie Becquart, subsecretaria del Sínodo de los obispos, y el padre jesuita David McCallum, por su parte, insistieron en la contribución que las religiosas pueden hacer al proceso sinodal y también en cómo éste puede cambiar radicalmente la vida religiosa.

Por su parte, el periódico de la Santa Sede, “L’Osservatore Romano”, publicó un informe final sobre los cinco días de la asamblea plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales. Ahí se halla toda la información.

Autoridad y servicio

En la inauguración de la asamblea, la hermana Jolanta Kafka, presidenta de la UISG, dijo que la pandemia “ha hecho aún más evidente la fragilidad”, y aseguró que la vida religiosa hoy es vulnerable y que se atraviesa un momento de crisis.

Por eso, según ella, se vive un proceso de transformación y es necesario “reinterpretar el ejercicio del liderazgo, la misión de la autoridad como servicio en el espíritu del Evangelio y del Sínodo”.

Para Kafka es común a toda familia religiosa la necesidad de “responder al grito de Dios en los necesitados y en los frágiles”, pero reconoce que “nos hemos puesto del lado de los necesitados en una posición de poder”.

En esa perspectiva, la presidenta de la UISG asegura que ser vulnerable, en cambio, pone a las personas en una relación, ofrece la conciencia de no ser suficiente para sí mismo. Y es por eso que las Superioras Generales quieren aceptar la invitación a caminar juntos, al lado de los alejados y excluidos, en el discernimiento y el anuncio del Evangelio, poniendo en el centro a Cristo, camino, verdad y vida.

La UISG en cifras

Desde 1965, la UISG ha sido un punto de encuentro para que las Superiores Generales se reúnan y creen puentes y redes, con el fin de crear nuevas estrategias y sinergias que permitan a los religiosos comunicarse más allá de las distancias geográficas y de las diferencias lingüísticas y culturales, para estar en comunión.

El organismo cuenta con más de 1900 Superiores cuyas casas generales están distribuidas en 97 países del mundo; concretamente 25 países de Europa, con 1046 superiores; 16 países de Asia, con 184 superiores; 30 países de América, con 479 superiores; 22 países de África, con 166 superiores; 4 países de Oceanía, con 28 superiores.

En el Pleno el continente más representado es Europa; de África el país más representado es la República Democrática del Congo; en Asia, India; en América del Norte, Estados Unidos; en América Central y del Sur, México y Brasil.

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