Comunidades de la parroquia San José de La Unión celebraron la Santa Cruz de Mayo

El pasado domingo 1 de mayo, recorriendo calles y pasajes aledaños a sus barrios, en busca de alimentos, para luego distribuirlos, entre las familias más necesitadas del sector.

La comunidad Juan Pablo II, es parte de la parroquia San José de La Unión y aún viven con devoción la tradición popular  de celebrar la Santa Cruz de Mayo, que tiene su origen en tiempo de la conquista española, quienes hicieron uso de la cruz y elementos locales para difundir el mensaje cristiano, sin necesidad de manejar las lenguas nativas.

«Vestir la cruz» era la actividad con que abría la celebración el 1 de mayo y así lo hicieron el pasado domingo, día del trabajador, los agentes pastorales de la comunidad Juan Pablo II, misionando y recolectando alimentos, entre ellas Gloría Zúñiga, quien nos compartió su testimonio :

Fue una experiencia enriquecedora, que vino a dar más sentido, a acoger y practicar el ejemplo que el mismo Jesús dijo : “He venido a servir y no a ser servido”.

Primero nos empaparnos del sentido de la “Cruz de Mayo”, nos organizamos y entusiasmamos para salir a la recolección de alimentos, con  alegría, fraternidad y jolgorio, lo que siempre nos ha caracterizado como comunidad.

Nos reunimos en nuestra capilla, dividiéndolos en tres grupos, cada uno llevaba una cruz, un recuerdo para entregar a los vecinos y el propósito invitar a las misas y celebraciones litúrgicas, que realizamos los segundos y cuartos viernes de cada mes a las 19:00 hrs .Nos preparamos con nuestra credencial de identificación y  nuestro diácono asesor,  lideró una oración de envío.

Luego de dos horas de misión, nos convocamos en torno a un cafecito, para compartir nuestras experiencias, era hermoso sentir la misma alegría del inicio, para varios de los hermanos era la primera vez que salían a una Cruz de Mayo, pero ya estaban pensando que para el 18 de Agosto, día de la solidaridad,  debíamos hacer lo mismo e invitar a más personas que se sumen a la recolección, ya que por la hora, no alcanzamos a cubrir todo nuestro sector.

Nos fue muy bien con la recolección de los alimentos, tuvimos muy buena cooperación, si bien en algunas casas no nos abrían la puerta, nuestro entusiasmo no decayó.

Una de las anécdotas fue, que una  hermana sacara de su bolsillo una piedra y dijo: “Aún ando con la piedra que me sirvió de timbre, para golpear los cercos” y todos andábamos con una y así  nace la idea de sacarnos una fotografía con “nuestros timbres”.

Sin duda una actividad, que nos dejó el corazón llenito y con la sensación de que juntos podemos aunar fuerzas y especialmente entusiasmo.  Ahora, nuestras señoras de la Ayuda Fraterna, tendrán alimentos, para ir en ayuda de aquellos hermanos que más lo necesiten.

 

Gloria Zúñiga, Comunidad Juan Pablo II de La Unión.  

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