Un jefe de Estado le avisó antes del inicio de la guerra en Ucrania que la OTAN «estaba ladrando a las puertas de Rusia» y que tendría consecuencias. Lo señala en una entrevista que publica este martes 14 de junio el diario La Stampa y que reproducen las agencias internacionales de noticias.
El papa Francisco ha asegurado que estamos en plena Tercera Guerra Mundial y que la invasión de Rusia en Ucrania «fue, quizá, provocada o no impedida» porque existe «un interés en probar y vender armas». «Es muy triste, pero esto es lo que está en juego», ha dicho.
«Hace unos años se me ocurrió decir que estábamos viviendo una Tercera Guerra Mundial en pedazos. Ahora, para mí, se ha declarado ya. Y este es un aspecto que debe hacernos reflexionar», ha asegurado el Papa en una transcripción que publica este martes el diario italiano La Stampa.
«¿Qué le está pasando a la humanidad que ha tenido tres guerras mundiales en un siglo?», se ha preguntado. Y él mismo responde: «Hay que alejarse del patrón normal de que Caperucita Roja era buena y el lobo era malo. Está surgiendo algo global, con elementos muy entrelazados entre sí».
El Papa Francisco revela que antes del comienzo de la guerra en Ucrania mantuvo una conversación con un jefe de Estado, que no desvela quién es, que le expresó su honda preocupación «por cómo se estaba moviendo la OTAN».
«Yo le pregunté qué quería decir y me respondió: ‘Están ladrando a las puertas de Rusia y no entienden que los rusos son imperialistas y no permiten que ninguna potencia extranjera se les acerque'». En este punto, ese jefe de Estado concluyó que «la situación podría conducir en una guerra». «Ese jefe de Estado supo leer señales de lo que estaba pasando», apunta el Papa.
Para Francisco, existe el peligro de centrarse sólo en «la brutalidad y ferocidad con que se libra esta guerra por parte de las tropas, generalmente mercenarias, utilizadas por los rusos, que prefieren enviar chechenos, sirios y mercenarios» y que «es algo monstruoso».
«Vender y probar armas»
Pero, agregó, «no ver también todo el drama que se desarrolla detrás de esta guerra, que quizás de alguna manera fue provocada o no impedida. Y registro un interés en probar y vender armas. Es muy triste, pero básicamente esto es lo que está en juego».
Consciente del revuelo que pueden generar estas palabras, el Papa reconoce que hay quienes pueden llegar a creer que está a favor del presidente de Rusia, Vladimir Putin. «No, no lo estoy. Eso es simplista y erróneo. Estoy en contra simplemente de reducir la complejidad a la distancia entre el bien y el mal, sin pensar en las raíces y los intereses que hay detrás, que son muy complejos», explica.
Francisco ha destacado una vez más desde el inicio de la invasión en Ucrania su admiración por «el heroísmo del pueblo ucraniano» y cree que «lo que tenemos ante nuestros ojos es una situación de guerra mundial, de intereses globales, de venta de armas y de apropiación geopolítica, que está martirizando a un pueblo heroico”.
Preocupado por las mujeres
Cuando se cumplen 111 días de guerra y con el foco mediático cada vez más lejos de la realidad que vive Ucrania, el Pontífice alerta del peligro de que disminuya la atención sobre invasión. «¿Qué pasará cuando el entusiasmo por ayudar disminuya? Porque la cosa se está enfriando, ¿quién se va a hacer cargo de estas mujeres? Hay que mirar más allá de la acción concreta del momento, y ver cómo los vamos a apoyar para que no caigan en el trata, para que no las exploten, porque los buitres ya están dando vueltas».
Según las agencias, en la transcripción que publica La Stampa, el Papa hace referencia a su última reunión con el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo. Según Francisco, este le leyó «una declaración en la que daba las razones para justificar la guerra», a la que él le respondió con un «hermano, no somos clérigos del Estado, somos pastores del pueblo».
El Papa confirma, además, que tanto él como Cirilo han decidido de mutuo acuerdo posponer la reunión que se había previsto para este martes en Jerusalén «para que el diálogo no fuera mal entendido». Bergoglio espera reunirse con el patriarca ruso en Kazajistán en septiembre cuando asista al VII Congreso de Líderes de las Religiones Mundiales y Tradicionales, que se celebrará en Nur-Sultán.