Pidió a las autoridades y a todo el pueblo de Dios ser llamado «Hermano Isauro», quien fue elegido por el papa Francisco como obispo de Iquique. Asumnió este sábado 18 de junio en medio de una fiesta del pueblo creyente.
Isauro Covili, religioso franciscano, asumió la diócesis de Iquique que el papa Francisco le encomendó. Su toma de posición estuvo llena de importantes símbolos sinodales.
Lo primero que hizo al llegar a su nueva diócesis fue ir, el día anterior a asumir, a Colchane, puerta de entrada a los migrantes, donde saludó y solidarizó con esas personas.
ENTRADA
Este sábado, la entrada a la ciudad se selló con un acto cívico que tuvo lugar en la Plaza Prat. Allí fue recibido por la ciudadanía y le dieron su bienvenida el alcalde Mauricio Soria y el integrante del gobierno regional Iván Pérez.
Isauro Covili agradeció la acogida y se declaró «peregrino» que entra en la casa de los iquiqueños.
Calificó el desierto como «un lugar donde brota vida y esperanza», enriquecida por vidas de las personas, instituciones e iglesias que habitan.
Una memoria agradecida tuvo para los mártires de la Escuela Santa María de Iquique ocurrida hace más de 100 años, donde fueron asesinados chilenos y bolivianos, recordó el obispo.
Y llamó a la reflexión profunda y pausada para volver a lo esencial, acogiendo «lo que está brotando», indicó.
CONSAGRACIÓN
Luego, en procesión hacia la catedral fue acompañado por el pueblo que se manifestó con símbolos religiosos de inculturación: diferentes bandas musicales con sus trompetas y tambores, el humo de ceremonias de religiosidad aymara, y los tradicionales bailes religiosos, tan propios de esta diócesis y de la veneración a la Virgen de La Tirana.
Ya en la Catedral, Covili fue consagrado por sus hermanos obispos según el ritual que la iglesia prescribe para estos casos. Luego pasó a presidir la eucaristía, la que también estuvo marcada por los símbolos de la cultura local, los cánticos, guitarras y una gran fraternidad, expresada de modo especial en los saludos del pueblo de Dios y participación en la comunión. El hermano Isauro compartió el pan con toda la comunidad asistente.
Al concluir, Covili consagró su ministerio a la Virgen María y fue por el templo catedral impartiendo la bendición de Dios a su pueblo.
A continuación el nuncio apostólico, Alberto Ortega, le pidió que «su ministerio haga presente a Jesucristo como el buen pastor y como un tesoro. Cuenta con la ayuda de Dios y de todos ustedes», le señaló. Pidió, además, «que recen por su obispo y que lo cuidan mucho con mucho cariño, especialmente a su sacerdotes, que lo vean como hermano y padre, pidiendo que todos caminen juntos para bien de los hermanos y hermanas».
PALABRAS PROFÉTICAS
Finalmente, Isauro Covili se dirigió a su pueblo, manifestando su alegría por su consagración. Agradeció a Francisco la renovación de las estructuras de la iglesia y al servicio de los más vulnerables. Ser elegido obispo de esta diócesis y junto con todas pastorearla.
«Llego como un hermano y pastor que quiere caminar con ustedes y entre ustedes». Añadió a sus hermanos curas: «Ustedes no son funcionarios eclesiales ni pastorales, sino hombres y mujeres pastoreados por Jesucristo. Seamos familia y caminemos juntos», afirmó.
Aludió también a los dolores de los pueblos vecinos de naciones hermanas. Esta realidad se hace carne en la vida de personas que cruzan fronteras con pocas cosas materiales pero cargados de sueños. «Tenemos trabajo, caminemos juntos», invitó.
Y junto con saludar a toda su familia, hizo varias invitaciones como «mirar la realidad con ojos compasivos», «proclamar la buena noticia del evangelio especialmente a los más marginados y excluidos».» Caminar juntos permitirá revisar las estructuras pastorales», añadió, «buscando soluciones a realidades difíciles». Llamó a «renovar la opción preferencial por los pobres de la iglesia latinoamericana nacida en Medellín hasta el sínodo dela Amazonía. Ellos son nuestros maestros y nos acercan a Dios», señaló.
Proclamó su deseo de que nunca más en la iglesia y en el mundo ocurran abusos de algún tipo. Luego pidió perdón a nombre la diócesis a todos quienes han sido abusados y se declaró disponible para acoger a todos quienes quieran denunciar.
Finalmente, el obispo pidió que le hagan llegar en una carta cerrada a su nombre, respondiendo dos pregunta: «¿cómo veo a nuestra iglesia de Iquique?» y «¿cuáles son mis expectativas con el obispo y el clero?»
Por último pidió que lo «llamen Hermano Isauro y que no me monseñoreen tanto».
Fotos de nuestro enviado especial: