En Parroquia de Molokai: “El Padre Esteban estaría orgulloso de nosotros”

Los coordinadores laicos del Equipo de Gestión de la Parroquia San Damián de Molokai en Santiago, tienen fe en sus capacidades y apelan a la paciencia para que la experiencia de participación en la cura pastoral de la parroquia sea para beneficio de todos y todas.

Claudia Barriga y Nelson Díaz son dos de los cinco integrantes del Equipo de Gestión Pastoral que comenzó este domingo 3 de julio (ver nota aquí). Ambos tienen como referencia clave al Padre Esteban Gumucio. “Él estaría súper contento y orgulloso si nos viera hoy, porque ante la falta de sacerdotes, el laico y laica debe comprometerse en roles que quizás antes no se veían así”, dice Claudia.

“El Tata Esteban siempre apoyó el protagonismo de los laicos y hoy estaría feliz, sentado aquí en la primera fila como espectador, acompañando. Su poema de La Iglesia que yo amo retrata esto, una iglesia infinita en su diversidad laical. Por tanto, no tengo dudas que nos prestaría todo su apoyo para que este proyecto prospere y sea replicado. Tanto San Damián como el Padre Esteban siempre confiaron en las personas y hoy estarían caminando junto con el pueblo”, dice Nelson.

Los dos nuevos coordinadores llegaron a la parroquia para hacer su Primera Comunión siendo niño y niña aún. Luego de la catequesis inicial, ambos siguieron la misma trayectoria participando activamente en la pastoral juvenil, el coro, acciones solidarias, litúrgicas y últimamente en el consejo parroquial.

LARGO COMPROMISO

Ambos crecieron y formaron sus respectivas familias que también militan hoy en la parroquia. Es una generación comprometida, que espera “que todo resulte bien” les deseó Carlos Gana, integrante del consejo pastoral, quien en la eucaristía de hoy les agradeció públicamente, les felicitó y dijo sentirse identificado por ellos, por formar parte de una generación que se comprometió con el discipulado de Jesús.

El nuevo proceso que hoy iniciaron en la Parroquia de Molokai también preocupa y dicen que estarán muy atento a todo para que todo resulte bien.

José Gustavo Cabello (72), diácono desde el año 2002 de esta parroquia e integrante del mismo Equipo de Gestión Pastoral, puntualiza algunos temores aunque calificó de “novedoso el proceso”. “Esperamos estar a la altura de las expectativas”, añadió sintiéndose parte del mismo.

“Estoy de acuerdo con que se dé más protagonismo laical”, señala “Don Tavo” como le llaman en la comunidad “pero a veces me cuesta en lo personal asimilarlo y entro a dudar si estamos realmente preparados”.

Cree, sin embargo, que los temores más grandes son “la indiferencia que hoy existe respecto de la iglesia y la no integración de jóvenes, cosa que antes caracterizaba a esta parroquia. No hemos tenido al capacidad como iglesia –afirmó– de cuidar a los chiquillos y de guiarlos en sus proyectos de vida. Además de todo lo que ha sucedido en la iglesia… eso los ha alejado y el uso de la tecnología que no comprendemos”.

PREOCUPACIONES

Entre las mayores preocupaciones de los coordinadores están “las diferencias de opiniones que en sí son ricas por su variedad pero a veces inciden en problemas de convivencia que nos cuesta sortear”, señala Nelson Díaz aunque “son dificultades normales en las relaciones interpersonales”, añade Claudia Barriga.

Ella agrega que está segura que “hay compromiso y voluntad de la comunidad para que este servicio sea un camino que otros puedan recorrer también en el futuro”, dice.

Nelson destaca que “es un proceso sinodal, porque somos el pueblo de Dios el que va tomando las decisiones y la sinodalidad es una experiencia que se da desde la fundación de esta parroquia, donde todos aportamos de igual a igual, sin formas verticales”.

Sin embargo, “es un proceso arriesgado y necesario por los tiempos que estamos viviendo en la iglesia con la falta de vocaciones”, indica Claudia. “Pero es sobre todo un cambio virtuoso que un laico o laica puede resolver problemas pastorales dejando al sacerdote más tiempo para el acompañamiento espiritual” señala.

Además, dice Claudia, “la participación de las mujeres es algo muy importante porque somos mayoría en la iglesia y sin embargo hemos tenido un trabajo más bien silencioso dentro de ella. Por eso, este paso que damos hoy en nuestra parroquia espero que sirva también a otras mujeres de otras parroquias, y aporta señales a las estructuras de la iglesia para que no se discrimine a las personas y se genere un ambiente más inclusivo”.

Frente a los temores, Nelson pide que “tengan mucha paciencia pero también mucha fe, fe centrada en Cristo, y que vuelvan a recordar cuando decidieron seguir a Jesús. Todos somos del mismo cuerpo y somos necesarios. Cuando uno conoce a Cristo no es fácil escapar porque Él siempre nos está apoyando”, dice.

CARISMA

“La Congregación –continúa el laico– tiene un carisma que nos hace sentir que ella es parte de nuestra familia y por lo mismo enfrentaremos y solucionaremos los problemas”.

“La Congregación –afirma Nelson– es padre y madre, que está preocupada de sus hijos, que crezcamos en ambientes sanos y seguros, que tengamos posibilidades de formarnos. Y hoy después de muchos años, puedo decir que hay una relación de hermanos, y que nos ayudan a entender que los laicos somos responsables y no que debemos seguir una pauta impuesta. Nos hacen ver que somos protagonistas de la historia y de la iglesia, de una iglesia que camina y cojea, que está siempre con problemas y virtudes pero siempre se apoya para proclamar a Cristo. Se nos ha enseñado a pedir ayuda y a reconocer errores y virtudes”.

“El carisma de los Sagrados Corazones es como los dones del Espíritu, que se nos entrega en forma gratuita para el bien común de la iglesia”, concluyó Nelson Díaz.  / APN

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