Pertenece a la capilla Santa María, de la parroquia San José, atiende todos los sábados y desde la pandemia, entrega las raciones de almuerzo a domicilio, a las familias más desposeídas de su sector.
“Nos mueve la solidaridad, la necesidad de nuestros hermanos menores, el ir en ayuda de las familias más desposeídas de nuestros alrededores, como también salimos a entregar comida a hermanos que están en situación de calle, que duermen debajo los puentes” contó la coordinadora del comedor Esperanza, Anita Saez, agregando que llevan 22 años funcionando, en forma ininterrumpida.
Esta iniciativa solidaria nace al alero de la capilla Santa María, ubicada entre las calles Caupolicán con Variante Grob, es parte de la parroquia San José de La Unión, en principio
fue destinado a niños y niñas, pero actualmente atiende a personas mayores y con la pandemia, implementaron el despacho a domicilio de alrededor de 40 raciones de almuerzo, que en tiempo de pandemia se multiplicó a más de 60.
Son cinco los voluntarios tras el comedor Esperanza, 3 en la cocina y dos que se dedican al despacho, cuenta Anita, agregando que se autofinancian con donaciones de toda la comunidad : “Este comedor se financia con la ayuda de
las personas, de hermanos que han querido ser parte y donarnos alimentos y harina para el pan, tenemos una madrina que lleva muchos años cooperando, para comprar carnes y verduras, entre otras cosas”, relata la coordinadora del comedor.
Además agrega que también reciben donaciones de entidades, una reciente fue del Club de Leones de La Unión, quienes entregaron harina y productos lácteos, pero cuando escasean los alimentos, “toda la comunidad se mete la mano al bolsillo, para comprar lo que falta y así nunca hemos dejado de funcionar”, finalizó con orgullo Anita.
