Al son de zampoñas y con fuerza espiritual popular nace la «Misa de Atacama»

Siguiendo a la Misa Pampina, Alex Vigueras ss.cc, compuso ahora la Misa de Atacama, un aporte cultura y litúrgico del mundo andino a la vida de fe.

El desierto con todo su color, calor, ritmo, energía, fuerza y esperanza, no solo ha inspirado la poesía. Hoy lo hace con la centralidad de la vida de fe, la eucaristía, que refleja la vida del pueblo, esa vida que en 2015 fue azotada por un gran aluvión que bajó de las montañas con sus consecuencias de muerte y daños.

«Pero la gente renació y salidó adelante con la fuerza de su fe», indica Alex Vigueras, autor de la Misa de Atacama que estará disponible en los próximos días y que nos habla de esa experiencia del pueblo andino.

Alex Vigueras Cherres es el autor de esta obra musical, y además párroco de Diego de Almagro, en la diócesis de Copiapó (región de Atacama).

Nació en la Oficina Salitrera de Victoria, en 1964, la que se ubica a 115 km al sureste de la ciudad de Iquique (región de Tarapacá) donde Alex vivió su niñez y juventud.

Desde hace 34 años es sacerdote de los Sagrados Corazones y junto con sus afanes teológicos y pastorales que son muy apreciados, es otro «poeta y pastor» de la Congregación inspirado en Esteban Gumucio.

Entre las creaciones del hermano ss.cc. destaca la musicalización de varias obras del «Tata Esteban», entre ellas «Nosotros los Leprosos», que es un homenaje a Damián de Molokai.

La Misa de Atacama, con sus 12 temas y 38 minutos de duración, es el sexto disco de Alex Vigueras. Como ha sido con las anteriores obras, su composición melódica es pulida por los arreglos musicales de Luciano Valdebenito, con quien ha trabajado durante años.

Ahora se sumó Patricia Ibarra, directora coral, y un grupo de voces jóvenes provenientes de distintos coros parroquiales de Santiago.

La grabación se hizo en el estudio Madreselva que dirige el reconocido ingeniero en sonido Alfonso Pérez junto a José Herrera.

Los músicos del álbum son también chilenos, quienes habitualmente trabajan para Inti Illimani y Anita Tijoux. «A eso se debe la calidad que logramos», dice el religioso.

Además de las y los participantes anteriores, también aportó con su arte en acuarela, Ximena Marambio, quien dio vida a la carátula del álbum.

«Espero aportar al repertorio musical litúrigico que está situado en el contexto latinomamericano», precisa Alex.

En efecto. La Misa de Atacama no solo es una obra para la liturgia en el mundo religioso. También es un aporte a la cultura y música andina.

Por ello, el autor explica que «se llama Misa de Atacama, por el contexto de la experiencia del aluvión donde la gente lo perdió todo y logró renacer. Incluso, una de las canciones se llama Renacidos, cuya fuerza está dada por la fe de la gente».

Alex explica que este álbum surge no solo después de cursar sus estudios sistemáticos de composición musical, sino que refleja una madurez en la creación y una fuerte experiencia espiritual.

A diferencia de la Misa de Pampina, una creación anterior de Alex que fue hecha a pedido de la agrupación «Hijos del Salitre» que congrega a la gente que vivió en las salitreras y migró a la ciudad, la Misa de Atacama, incluye culturalmente a todo el norte.

Para ejemplificar, Alex explica que en estos temas se icluyen los sicuris, un instrumento de caña (siku) que llamamos zampoñas y que también son propios de regiones como Arica y Parinacota y países andinos de más al norte.

«En estos textos he trabajado mucho lo litúrgico –dice el autor– y destaca como novedad que el canto de comunión esta inspirado en las Bodas de Caná, que es un relectura cantada de ese pasaje bíblico. Uno puede hacer todo el camino de la eucaristía para culminar con una versión festiva con el último tema de la misa», explica Alex.

El próximo 7 de diciembre, la Misa de Atacama será presentada oficialmente a través del canal Youtube de la Congregación, pero desde ya se puede disfrutar de ella en forma completa, en la plataforma musical Spotity (clic aquí).

A continuación ver video promocional:

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