Realizado el pasado 24 de noviembre, al clero del Arzobispado de Santiago, en el Santuario de Schoenstatt
«El adviento es, por lo mismo, un tiempo de esperanza. De una esperanza profunda, anclada en nuestra fe, y no en un cálculo de posibilidades. En este momento necesitamos creer con esa fe de Abraham, «esperando contra toda esperanza» (Romanos 4,18). Necesitamos creer con esa fe aventurera de Abraham, que «partió sin saber a dónde iba»: «Por la fe, Abraham, obedeciendo al llamado de Dios, partió hacia el lugar que iba a recibir en herencia, sin saber a dónde iba» (Hebreos 11,8). Estamos invitados a celebrar un tiempo de revitalización de nuestra esperanza, en un mundo que vive una crisis de esperanza, y de una juventud que parece haber perdido la esperanza y estar concentrada en un simple disfrute del presente, olvidando el pasado y el futuro», parte de la reflexión realizada por nuestro hermano Eduardo Pérez-Cotapos ss.cc, al clero de Santiago, en su retiro de adviento, realizado el pasado 24 de noviembre.
En el cuáll nuestro hermano, invitó a los asistentes a escuchar la invitación del Papa Francisco «No se dejen robar la esperanza» (EG 86). «Estamos ante un desafío que afecta a nuestra misma capacidad de creer, de confiarnos en Dios. Nos hemos acostumbrado a «construir nuestro futuro», pero la realidad nos ha hecho entender que a pesar de nuestras buenas intenciones no hemos construido un futuro promisorio; ni siquiera en el ámbito eclesial. Nos experimentamos limitados e incapaces, tanto personalmente como institucionalmente. Esta experiencia, al igual que al pueblo de Israel en el exilio en Babilonia, nos está desafiando a creer en Dios con mayor hondura», expresa Pérez-Cotapos, al iniciar el retiro.