Falleció el papa emérito Benedicto XVI

27/02/2013.- Pope Emeritus Benedict

Superiores general y provincial de nuestra congregación destacaron los aportes más significativos del papa emérito Benedicto XVI fallecido hoy, a las edad de 95 años.

La Congregación se une al pesar de toda la Iglesia, y hace oración para que el Padre reciba en sus brazos a Joseph Ratzinger, el sacerdote alemán que asumió como papa en 2005 sucediendo a Juan Pablo II. Renunció al trono de San Pedro en 2013, tras alegar falta de fuerzas para seguir ocupando “el ministerio petrino”. Fue sucedido por el cardenal argentino, Jorge Mario Bergoglio, el actual papa Francisco.

La Oficina de Prensa del Vaticano anunció hoy, que el fallecimiento se produjo a las 9.34 (hora de Roma), en la residencia del monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, que el Papa emérito, de 95 años, había elegido como residencia tras renunciar al ministerio petrino en 2013.

“Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9.34 en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará mayor información”, dice en la nota de prensa del Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, dada a conocer esta mañana.

Desde hacía ya varios días el estado de salud del Papa emérito había ido empeorando debido al avance de la edad, tal y como había informado la Oficina de Prensa actualizando la evolución de la situación.

El propio papa Francisco había querido compartir públicamente la noticia sobre el empeoramiento del estado de salud de su predecesor al final de la última audiencia general del año, el 28 de diciembre, cuando invitó a rezar por el papa emérito que «está muy enfermo», para que el Señor lo consuele y lo sostenga «en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final». En todos los continentes se multiplicaron inmediatamente las iniciativas de oración con mensajes de solidaridad y cercanía también desde el mundo no eclesial.

Reacciones SSCC

Alberto Toutin, superior general de la Congregación de los Sagrados Corazones, al conocer la noticia del fallecimiento de Benedicto XVI, destacó dos cosas. La primera es que no se dio una cierta prolongación del accionar del “prefecto para la Doctrina de la Fe ahora en cuanto papa, eso no fue así. Lo que apareció ya siendo papa fue lo que no habíamos visto antes, que era un pastor y con un alma fina, que se expresaba fundamentalmente en sus homilías, profundas y de una gran belleza”.

Toutin, añadió: “El segundo tema a destacar, es que Benedicto XVI fue el primer papa en enfrentar los temas de los abusos en la Iglesia y precisamente porque percibió, como pastor de almas finas, la dificultad sistémica de los abusos y el sufrimiento de las víctimas.

“Él dijo: yo no tengo las fuerzas para seguir. Y entonces, con sentido eclesial, presentó su renuncia, que probablemente ha sido lo que más ha validado su ministerio”.

“Y terminó contando una anécdota”, comenta Alberto: “cuando Benedicto XVI va a Castel Gandolfo, después de haber dejado el estado de su ministerio pontificio, se presenta como un peregrino. Vengo como un peregrino a hacer la última etapa de mi peregrinaje en la tierra, dijo. Y creo que eso, muestra bien la hondura de este hombre y será la historia que juzgará los otros aspectos, como en cualquier otra persona”, concluyó el superior general.

Entre tanto, el superior de la provincia Chile-Argentina de nuestra congregación, René Cabezón, recordó que mucha gente en las audiencia de la Plaza de San Pedro, aclamaba al papa Benedicto gritando Benedetto, Benedetto! “Eso impactaba”, me decían.

“En ese sentido -continúa René- Benedicto ha sido muy elocuente en sus palabras y en sus escritos, y ya es reconocido por muchos como uno de los grandes teólogos del siglo 20 de la Iglesia Católica”.

“Por lo tanto, todo lo que desde él viene en todos sus escritos y su encíclica, han marcado a la Iglesia. Creo que normalmente en la Iglesia ningún papa había enfrentado con tanta sencillez y profundidad el tema del amor e sus distintas dimensiones”.

René continúa: “creo que en ese sentido, tanto la Iglesia mundial como la chilena han sido marcadas por su teología, con su eclesiología y con su magisterio más amplio. Distingo tres etapas de Benedicto: la magisterial, hasta la década de los 70. Después vendrá el período de obispo y de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y después de Papa. La primera como la tercera son grandes luces para la Iglesia y el mundo. Incluso, su rol de prefecto no acota ni reduce la brillantez teológica y su sabiduría”, concluyó.

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