Por Anibal Pastor.
En esos acontecimientos telúricos hubo muertes, heridos, pérdidas de bienes materiales y desolación. Desde entonces, habiendo transcurrido tres tipos de gobiernos en el país (Bachelet, Piñera y Boric), que han trabajado por la reconstrucción nacional, en nuestro territorio los sismos son comunes y hasta los de mediana intensidad no alteran a la población. Es más, de vez en cuando aparecen algunos enjambres sísmicos en el norte, centro y sur del país que hacen ponerse en pie a algunos y algunas pero nada más. Nada estructural es afectado y probablemente la frase más dicha sea “ya pasó”.
Diríamos que en el devenir nacional ocurre algo parecido a la seguidilla de temblores que nos caracteriza y nos tiene acostumbrados. Mueven el piso sin generar daños estructurales. Las manifestaciones populares que se levantaron durante el gobierno de Sebastián Piñera y que culminaron en el estallido social del 18 de octubre de 2019, parecían que generarían eso, un gran tsunami de reformas bajo la bandera de la dignidad y la paz con justicia.
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