Por Carolina Jorquera Oliva
Cuatro jóvenes de 18 años finalizan su etapa escolar. El paso siguiente es iniciar la formación para una carrera profesional. Sin embargo, deciden hacer una pausa, un año sabático. ¿Para qué? Para ponerse al servicio de otros, dejar su hogar, su colegio, su país, su zona de confort, y vivir la “Experiencia Peumal”. Mirarán el rostro del prójimo y experimentarán activamente la vida comunitaria.
Uno de los arriesgados es Antonio Canales, quien acaba de salir de cuarto medio del colegio SS.CC. Manquehue. “La experiencia del año peumal, fue una decisión que tomé principalmente en pos de darle un verdadero sentido a lo que hacemos, no ver la vida como una carrera, sino que parar y mirar al que está al lado y en ese sentido pienso que la lógica comunitaria del año peumal va completamente en esa línea”, expresó el joven.
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