Nuestro hermano Alex Vigueras, también presente en la beatificación de los mártires SS.CC. de París, comenta su visión y la hermosura de este acontecimiento eclesial.
«Me gustó mucho la ceremonia de beatificación. En ella estaba presente la Iglesia del mundo», dice Alex Vigueras ss.cc, párroco de Diego de Almagro (en Atacama) y vicepostulador de la Causa del Padre Esteban Gumucio, respecto de la ceremonia de beatificación de los mártires de Picpus, celebrada el pasado sábado 22 de abril, en la Iglesia del Santo Suplicio.
En la oportunidad fueron beatificados cuatro religiosos de los Sagrados Corazones: Ladislas Radigue, Polycarpe Tuffier, Marcellin Rouchouze y Frézal Tardieu, y el sacerdote de San Vicente de Paul, Henri Planchat (ver más aquí).
Como señalaron María Angélica Sáez y Fernando Maffioletti (ver nota relacionada), a Alex también le «impresionó ver tanta gente de África y Asia, tanto de nuestra Congregación como de la Sociedad de San Vicente de Paul. Además, es hermosa esta Iglesia multicultural que va adquiriendo rostros diversos en los rincones más apartados del mundo».
¡Y cómo no! Esta Iglesia de Saint Sulpice, que fue construida entre 1646 y 1870, que tiene un estilo barroco (planta e interior) y neoclásico (fachada), y que fue dedicada a Sulpicio Pío, destaca por ser uno de los templos más altos de París y una de las más conocidas por su protagonismo en la novela y filme El Código da Vinci. Su imponente edificación de 120 m de largo, 57 m de ancho y 30 m de altura bajo la bóveda central, la hacen la iglesia más larga y grande después de la Catedral de Notre Dame, que aún es reparada después del incendio que la afectó el 15 de abril de 2019.
En la Iglesia del Santo Sulpicio todo es arte y en estas ceremonias aún más. Alex dice: «Disfruté de modo especial con el coro: la diversidad y belleza de las voces, el acompañamiento del órgano, el estilo responsorial de los cantos, el protagonismo de la asamblea».
«Además, en estos días ha sido bueno, encontrarse con tanta gente conocida: en encuentros, capítulos generales, actividades de la formación. Uno se siente perteneciendo a una gran familia», subrayó.
También Vigueras comentó que es «significativo pensar que la Iglesia no llora a sus mártires, sino que los celebra y da gracias a Dios por sus vidas. Durante la celebración, especialmente cuando se presentaron las reliquias, pensé en las y los incontables mártires de la Iglesia. Ellos son signo de fidelidad, pero también de contradicción, de un Evangelio que es provocativo y, a menudo, molesto».
Asimismo, como vicespostulador de la Causa de Esteban Gumucio, Alex contó que hubo muchas cosas inspiradoras para una eventual celebración de beatificación en Chile.