El arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, presidió la eucaristía de Conferre en la Basílica de Lourdes en Santiago, con motivo de celebrarse este martes 15 de agosto el Día de la Vida Religiosa y la Asunción de María.
“La visión profética en la Iglesia es una mirada que ve a Dios presente en el mundo, aunque muchos no se den cuenta”, así de claro afirmó el arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós, ante una feligresía principalmente de hermanas religiosas y algunos religiosos, que alcanzaban a casi medio millar de personas que llenaron el foro de este templo consagrado a María.
La eucaristía fue concelebrada por el sacerdote, Juan Carlos Marzolla, provincial asuncionista; el vicario episcopal para la Vida Religiosa, sacerdote Rodrigo Delazar Michea; y por Mario Salas Becerra, ODM, presidente de Conferre, más una veintena de sacerdotes revestidos. También participaron en esta liturgia nuestro superior provincial, René Cabezón Yáñez, nuestro hermano Ricardo Sotomayor y varias hermanas de la Congregación.
PROFETISMO Y AUDACIA
Este profetismo tiene “sentido cuando el corazón se ofrece a Dios”, continuó en su homilía monseñor Aós. “Entonces está la audacia para abrazar el servicio de Dios y hallar comunión. Se trata de llevar la cercanía de Dios a los lugares donde está la gente (porque hay que) revelar a la gente lo que importa. Animarla en la consolación y en la alegría del Evangelio”.
Sobre los cambios en la vida religiosa, el cardenal señaló que “siempre habrá religiosos y religiosos, pero los cambios se imponen incluso en lo físico de nuestras casas, en nuestro modo de relacionarnos, en la manera de ofrecer nuestros servicios a la diócesis y al pueblo santo de Dios”.
Y advirtió sobre la supuesta voluntad de Dios. Indicó: “Hay quienes se empeñan en seguir como están y hay quienes se empecinan en cambiar las cosas según su capricho, que disfrazan de voluntad de Dios y genera un profundo sufrimiento a las hermanas y hermanos y a la Iglesia”.
Y continuó preguntándose: “¿será que yo no tengo nada que cambiar? ¿Y son las hermanas y los hermanos quienes tienen que modificar su criterio y conducta?”.
RESPONDER A LA VOCACIÓN DÍA A DÍA
Citando al Papa Francisco que dijo el 3 de agosto pasado: “Ser religioso es querer ser religioso, responder a la vocación día a día, al Dios de la vida. Hay que encontrarlo cada día de nuestra existencia, no de vez en cuando, sino todos los días. Seguir a Jesús no es una decisión que se toma de una vez por todas, es una elección cotidiana y al Señor no se le encuentra virtualmente, sino directamente descubriéndolo en la vida. De lo contrario, Jesús se convierte en un hermoso recuerdo del pasado. Pero cuando lo acogemos como el Señor de la vida, el centro de todo el corazón palpitante de todas las cosas, entonces Él vive y revive en nosotros. Es necesaria la constancia fiel de cada día. Sin una vida ordenada, incluso los carismas más grandes no dan fruto”.
En cuanto a la normativa de la vida religiosa, el cardenal, sostuvo que “las mejores reglas no son suficientes sin la novedad del Espíritu. Dios nos llama a que lo encontremos a través de la fidelidad en las cosas concretas”, para esto citó la oración diaria, la misa, la confesión, una caridad verdadera, la Palabra de Dios de cada día, y hasta la “La obediencia al superior y a los demás. Si esta ley se practica con amor, el Espíritu viene y traerá destellos”, señaló.
Pidió trabajar juntos lo que incluye al clero diocesano y agradeció a los sacerdotes religiosos y a los jóvenes. “Muchachas y muchachos, si sienten que el Señor les invita, sean valientes para responder. Aquí estoy para hacer tu voluntad. La vida religiosa vale la pena”, concluyó.