Nuestro hermano nos comparte esta reflexión en la edición de la revista «Nuestra Vida», ofreciéndonos una nueva mirada sobre nuestra misión Sagrados Corazones.
Los tres verbos contemplar, vivir y anunciar, que declinan y manifiestan nuestro carisma, son gestos primeros que nos disponen a acoger y a comunicar el amor de Dios que se hace carne en María y en Jesús.
Contemplar:
Pareciera que contemplar es un lujo para pocos. Es para los que tendrían tiempo, una formación especial o condiciones humanas elevadas. Pienso en los padres que, en la noche, ven a sus hijos dormir, en los enamorados que se miran a los ojos y se dicen todo el amor del mundo, sin palabras, en los caminantes que se maravillan ante el incesante ritmo de olas o en un niño que se detiene asombrado mirando la marcha de las hormigas… Cierto, son momentos en los que entramos en otra calidad de visión de las personas y de las cosas, con asombro, con admiración, con sorpresa, dejando que las cosas o las personas se muestren como son.
