Nuestro hermano nos comparte su reflexión de Adviento, para este martes 19 de diciembre, comentando las lecturas para este día.
«Las lecturas de la eucaristía de hoy, martes 19, presentan dos madres que hasta ese momento han sido estériles y reciben de parte de Dios el anuncio de que serán madres. La primera, la del Antiguo Testamento, lo recibe directamente de un “hombre de Dios”, dice ella, “que parecía un ángel de Dios”. La segunda, Isabel, en el umbral del Nuevo Testamento, lo recibe a través de su marido, el sacerdote Zacarías. El evangelista subraya la dificultad de Zacarías para creer en este anuncio, ya que reacciona diciendo al enviado de Dios: “¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada”. Zacarías quiere estar seguro, porque desde un punto de vista humano racional, le parece imposible que se haga realidad ese anuncio, a pesar de que ha orado insistentemente a Dios para que le dé un hijo. Es interesante comparar la reacción de Zacarías con la que tendrá María: ella no pide seguridad, lo que quiere es comprender lo que Dios le anuncia. También ella, como Zacarías, ve una dificultad en la realización del anuncio: “¿Cómo será esto posible, si no conozco varón?” (Lc 1,34). No busca una certeza tangible de que el anuncio se cumplirá, sino que quiere entrar en el camino que Dios le presenta como creyente adulta, comprendiendo lo que Dios quiere de ella. Y, una vez que comprende que ese embarazo será obra del Espíritu de Dios, se entrega por entero a lo que Dios le propone: “Soy la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38).
Esta comparación nos muestra que Dios quiere actuar en el mundo a través de nosotros, pero respetándonos en nuestra libertad. Él nos creó libres, nos dio la capacidad de pensar y nos dio la inquietud de preguntar para tratar de comprender lo que vamos viviendo en nuestra vida. Y él no borra con el codo lo que ha escrito con la mano, respeta infinitamente la creatura a la que le ha dado inteligencia y libertad. María nos enseña, sin embargo, que somos creaturas limitadas, que no podemos erigirnos en jueces de los caminos de Dios, que nos superan infinitamente; que lo mejor para nosotros es que Él haga con nosotros según Su designio, porque confiamos en que quiere lo mejor para cada uno de Sus hijos e hijas». Se extrae del comentario realizado por nuestro hermano Sergio Silva sscc, ver artículo completo.
