Se dieron cita en el Santuario de Los Andes, entre el 5 y 7 de enero en su encuentro nacional anual.
La Casa de Espiritualidad de Santa Teresita de los Andes fue el epicentro del Encuentro Nacional de las diversas comunidades de Caminos de Espiritualidad, quienes se reunieron inspirados por el lema “Un Camino de Oración para un Camino Espiritual”, fueron 25 los participantes provenientes de Diego de Almagro, Santiago, Concepción, Valparaíso y Viña del Mar.
El encuentro se inauguró con un diálogo reflexivo sobre el aprendizaje y significado personal de la oración, bajo el tema central de “La Oración de Jesús”. Los días siguientes se enriquecieron con talleres dedicados a la “Lectio Divina”, la “Reconstrucción del Lugar de San Ignacio de Loyola” y la “Oración con el Cuerpo y la Respiración”, liderados por nuestros hermanos Sergio Silva ss.cc., Gabriel Horn ss.cc., y Juan Cofré ss.cc., respectivamente.
Los participantes compartieron sus experiencias, entre ellos Juan Carlos de Camino Espiritual Costa y Cecilia de Diego de Almagro, quienes destacaron la oportunidad de descubrir diversas formas de orar, revisar actitudes personales hacia la oración y aprender herramientas prácticas para fortalecer esos momentos espirituales.
Por su parte Marisol de Santiago, valoró que, “pude revisar mi actitud ante la oración y conocer y profundizar distintas alternativas para orar”, en la misma línea María de Diego de Almagro, resignificó la oración, “ como llave maestra para la vida personal y para desarrollar la misión” y Patricio de Centro Costa relató que, pudo aprender a hacer silencio interior para escuchar al Espíritu de Dios.
El encuentro no solo promovió la reflexión espiritual, sino que también fortaleció los lazos fraternales entre los participantes, demostrando que la tradicional fraternidad de las comunidades del Camino Espiritual SS.CC. es un estilo de vida arraigado.
Al regresar a sus localidades, los participantes estaban muy contentos con lo vivido en este retiro comunitario lleno de fraternidad y crecimiento espiritual continuo.
Destacaron la certeza de la participación divina, el desafío de comprender la Palabra de Dios para transformar la vida y la motivación para explorar más a fondo el camino de la oración.
Este encuentro dejó huellas de alegría, corazones llenos y la certeza de que sacerdotes y laicos pueden trabajar en sintonía. Con el compromiso de conocer más sobre el legado espiritual, los participantes regresaron a sus comunidades inspirados y fortalecidos.