En un movimiento histórico, el último Sínodo de la Iglesia Católica, realizado en octubre pasado, presentó propuestas para potenciar la participación de la mujer en distintos niveles eclesiásticos, las cuales queremos destacar en una nueva conmemoración del día internacional de la mujer.
¿Cuál es el rol de las mujeres en la vida y misión de la Iglesia? En vísperas del Día Internacional de la Mujer, analizamos el texto del Sínodo de los Obispos respecto a las mujeres y sus derechos.
El Informe de síntesis de la primera sesión (4-29 de octubre de 2023) de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que por primera vez contó con la presencia de 85 mujeres, de las cuales 54 tuvieron derecho a voz y voto, contiene una serie de propuestas audaces para redefinir el rol de la mujer dentro de la estructura eclesial, destacando la necesidad de una mayor inclusión en los procesos de toma de decisiones, el acceso al diaconado, y la igualdad de remuneración. Este avance podría señalar un cambio significativo en la tradicional dinámica de género de la Iglesia. (Ver documento completo).
La teóloga feminista y coordinadora de la comisión provincial de parroquias SSCC, Bernardita Zambrano, valora los avances que ha hecho la Iglesia en materia de género :“Un nuevo 8M para las mujeres cristianas, supone también hacer balance acerca de la inclusión de las mujeres en el andar histórico de la iglesia. Y, aunque lento, las mujeres estamos pasando del silencio a la voz y de la invisibilidad a estar presentes”.
Las propuestas apuntan a fortalecer el papel de la mujer en la Iglesia, en un esfuerzo por responder a las exigencias de justicia y equidad en un mundo en constante cambio. Entre las iniciativas más destacadas se encuentra el llamado a las iglesias locales para ampliar su servicio de escucha, acompañamiento y atención hacia las mujeres marginadas en diversos contextos sociales, subrayando la importancia de una Iglesia más inclusiva y empática.
Una de las propuestas más revolucionarias urge a garantizar que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisiones y asumir roles de responsabilidad tanto en el ámbito pastoral como en el ministerio. Este cambio ya se observa en la Curia Romana, donde el Santo Padre ha incrementado significativamente el número de mujeres en puestos de liderazgo, sentando un precedente para que este avance se replique en otros niveles eclesiásticos.
El Sínodo también pone énfasis en la necesidad de continuar la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado, una cuestión que ha sido objeto de estudio por comisiones creadas por el Papa Francisco. Además, aborda la discriminación laboral y la desigualdad de remuneración dentro de la Iglesia, especialmente en lo que respecta a las mujeres consagradas.
La propuesta incluye la ampliación del acceso de las mujeres a programas de formación y estudios teológicos, así como su inclusión en la enseñanza y formación de seminarios, para fomentar una formación ministerial más equitativa. También se sugiere una revisión de los textos litúrgicos y documentos eclesiásticos para asegurar un lenguaje y representaciones que reflejen equitativamente tanto a hombres como a mujeres.
En un giro sin precedentes, se propone que las mujeres debidamente formadas puedan ser jueces en todos los juicios canónicos, destacando el compromiso de la Iglesia con la igualdad de género en todas sus facetas. Estas propuestas, presentadas en el último Sínodo, no solo buscan reformar estructuras internas sino también inspirar una reflexión profunda sobre el valor y la igualdad de género en el contexto de la fe católica, justo a tiempo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo.
Bernardita, reflexiona que estos avances se pueden visibilizar en las propuestas del último sínodo: “El último sínodo dio cuenta de ello, lo cual es motivo de gratitud a Dios y súplica a la vez, para que el soplo de Ruah Espíritu siga soplando su novedad y no encuentre trabas a su acción, en medio del Pueblo fiel de Dios”, finalizó valorando la lucha de las mujeres de ayer, de hoy y del futuro, lucha que no es solo por ellas sino por el bien de toda la humanidad.