Ante el crimen de tres carabineros en la comuna de Cañete ocurrido el sábado último, la Conferencia Episcopal de Chile (Cech) expresó su profundo dolor y llamó a todas las partes a buscar caminos de diálogo y reconciliación. «Es imperativo que como país encontremos soluciones pacíficas y duraderas, que respeten los derechos y la dignidad de todos los chilenos», señala en un comunicado (ver aquí declaración completa).
También en varias diócesis, los obispos presidieron las ceremonias del 27 de abril a las que se había convocado por el 97 aniversario de Carabineros de Chile. Con el correr de las horas luego del atentado, estas se transformaron en oraciones dolientes y conmemedoras expresiones de luto.
El Arzobispado de Concepción, a cuya jurisdicción pertenece Cañete, hizo «un llamado a orar y trabajar por la paz y la justicia en Chile y, especialmente, en la provincia de Arauco, por sus comunidades y habitantes que sufren la indefensión frente al flagelo de la injusticia y la violencia».
En Chillán, nuestro hermano obispo Sergio Pérez de Arce, dijo: «tenemos que cambiar en el país, en la manera en que convivimos, en la manera en que nos relacionamos, en las disputas políticas, familiares, inclusive. Esto debe ser un remezón que nos lleve a ponernos de acuerdo para enfrentar estas situaciones tan dolorosas”.
En Copiapó, monseñor Ricardo Morales, fue categórico en su exhortación: «Basta ya de muerte, basta ya de violencia (…) No podemos seguir en esta espiral de muerte y violencia”. Y añadió: “¡Basta ya, por amor a Dios!; no podemos seguir así. Como país, hay algo que estamos haciendo mal”. Agregó que “no nos puede dar lo mismo que carabineros mueran; que la droga se enseñoree en las poblaciones, que organizaciones criminales se extiendan por nuestra patria con impunidad”.
El asesinato de los tres carabineros ha producido una gran conmoción en la opinión pública, y en diversas regiones del país se han efectuado manifestaciones solidarias con la institución mediante marchas, velatones, y activación de las sirenas de los cuartesles de bomberos, entre otras.
El criminal hecho ocurrió en la macro zona de la Araucanía caracterizada por la violencia. Al histórico conflicto entre el Estado y comunidades mapuches por reivindicaciones territoriales, en los últimos años la violencia y delitos han aumentado por los millonarios robos de madera y la presencia del crimen organizado ligado al narcoterrorismo.
«Con profundo dolor, desgarro y, también, con mucha convicción y decisión» entregó sus condolencias a las familias de los policías el Presidente Gabriel Boric quien, conocido el acto, se trasladó a la zona con otras autoridades del Estado.
Y añadió: «Quiero que sepan que la disposición de todos los presentes es a actuar con unidad para enfrentar este terrible e inaceptable hecho. No vamos a descansar hasta encontrar a los culpables. No hay fisuras, somos una sola fuerza del Estado de Chile y de la sociedad chilena contra estos delincuentes, contra estos terroristas, contra quienes hayan cometido este brutal asesinato que enluta a todo el país. Por lo mismo, hemos decretado tres días de Duelo Nacional».