Siete jóvenes confirmados en su fe son llamados a «abrir las puertas del templo y del corazón»

Así lo expresó el Vicario Episcopal de la Zona Sur de Santiago, presbítero Manuel Martínez, en la liturgia en que por delegación del arzobispo confirmó a siete jóvenes de la Parroquia San Pedro y San Pablo, en una ceremonia cargada de agradecimientos y de vivencias en el Espíritu Santo, en una noche marcada por la fiesta de Pentecostés.

Orgullosos se hallaban los asesores de pastoral Juvenil de la Parroquia San pedro y San Pablo, Ana María Cáceres y José Luis Zenteno, por culminar un proceso de preparación de un año con los jóvenes, logrando, además, que este año aumentara la cantidad de confirmados. Desde la pandemia que esto no ocurría y en años anteriores las confirmaciones se hacían en conjunto con la Parroquia de Molokai y el año pasado solo se confirmaron un joven y un adulto, según informó el expárroco, Sandro Mancilla.

Verónica Jáuregui manifestó su alegría por este acontecimiento, y además de agradecer a los asesores por el trabajo realizado, llamó a los jóvenes «a seguir creciendo en el camino de Jesucristo y a seguir trabajando por el reino».

Magín Vega, quien cocelebrebró también junton con Sandro y el diácono Eugenio Miranda, fue el encargado como párroco de presentar a los jóvenes ante el delegado episcopal para impartir el sacramento,  y dio fe de la preparación de los jóvenes.

Ellos fueron: Anahil Trinidad Marambio, quien además ahora continuará como animadora de Confirmación; Sara de los Ángeles Rodríguez Sánchez; Alejandro Ignacio Arellano Claviere; Montserrat Belén Honores Espíndola; Benjamín Contreras Varas; Paulina Contreras Varas; y Génesis Hurtado Vega, quien además realzó su primera Comunión.

La ceremonia fue guiada por el hermano profeso de los SS.CC. Elías Lara y contó con el apoyo en un coro de jóvenes de la Pastoral Juvenil Sagrados Corazones.

La asesora Ana María Cáceres agradeció «en especial a los jóvenes por cada momento vivido en este tiempo», y valoró el acompañamiento que hoy tienen de amigos y familiares que se expresó con su presencia en esta liturgia. «Es una ceremonia hermosa y significativa que abre un nuevo desafío», les señaló.

Luego de los ritos de rigor y símbolos de la luz y los oleos, una de las jóvenes, Monserrat Honores, agradeció también a José Luis y Ana María por los apoyos recibidos, y «porque nos enseñaron el camino. Ahora nos toca a nosotros seguir sus pasos», expresó comprometiendo, además, una amistad duradera del grupo más allá de las fronteras de la parroquia. La comunidad respondió con aplausos de acogida.

El Vicario Martínez en su homilía enfatizó el seguimiento de Jesús y el anuncio que deben realizar luego de la convocación que acogieron cuando se iniciaron en la preparación de este sacramento. «Jesús siempre nos está llamando y se vale de diferentes personas para atraernos hacia él», dijo. «Él no nos deja solos y nos invita a formarnos de la mano de sus guías y sacerdotes. Aquí obtenemos conocimientos, pero esencialmente un encuentro profundo con la persona de Jesús».

Explicó que los discípulos eran muy diversos como lo somos nosotros pero a todos el Señor envió su espíritu para unirnos y salir para ser misioneros. Debemos abrir las puertas del templo para ir en esa misión y abrir las puertas de nuestros corazones, especialmente cuando somos invitados por el Señor».

«No podemos vivir nuestra fe con las puertas cerradas y pasarlo bien aquí adentro. El Señor nos invita a abrir esas puertas para salir y las de nuestro corazón para que el Señor entre. Y ¿para qué quiere el Señor que abramos las puertas? Para regalarnos su paz», concluyó / APN

Colaboración fotográfica de Anita Calfucoy

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