«Misioneros con Cristo en la Vida del Pueblo»

Con misa en la fiesta de sus santos patronos, la parroquia San Pedro y San Pablo celebró 60 años de vida.

Una historia de seis décadas llenas de vida religiosa y espiritual con un compromiso concreto con la vida de los pobladores y sus entornos, ha sido el recorrido de esta parroquia que ha estado marcada por la presencia de los SS.CC. Ya en el inicio, el padre Esteban Gumucio acompañaba la formación de las comunidades que hasta hoy siguen activas. Desde entonces, buscan ser, día a día, «Misioneros con Cristo en la Vida del pueblo».

El sábado 29 de junio último, para la festividad de san Pedro y san Pablo, la parroquia homónima de La Granja, que es acompañada pastoralmente por la Congregación de los Sagrados Corazones, celebró con una misa sus 60 años de trayectoria. El próximo sábado 6 de julio, la fiesta y los recuerdos continuarán cuando tenga lugar una convivencia que ha programado el Consejo Pastoral y sus siete comunidades.

En la eucaristía de esta fiesta religiosa, participaron presencialmente unas 150 personas más las que por medio de las redes sociales no pudieron acudir al templo. Esta estuvo presidida por el actual párroco, Magín Vega y concelebrada por Sandro Mancilla y los diáconos permanentes. Dos integrantes mujeres realizaron el comentario de las lecturas bíblicas, se contó con el tradicional “cumpleaños feliz”, y se mostraron fotos de la historia parroquial marcadas por la presencia del Padre Esteban Gumucio.

Al concluir, la coordinadora del Consejo Pastoral, Verónica Jáuregui, hizo una reseña histórica de la parroquia, que ofrecemos a continuación:

RESEÑA HISTÓRICA

La parroquia San Pedro y San Pablo nació, por decreto arzobispal, el 24 de abril de 1964. En un decreto adjunto se nombró al sacerdote Esteban Gumucio Vives, religioso de los Sagrados Corazones, como su primer párroco. La historia previa se remonta a la misión general de la arquidiócesis de Santiago inaugurada por el arzobispo de Santiago don Raúl Silva Henríquez en marzo de 1963 y finalizada en marzo de 1964. En ese período se tomó conciencia de que un grupo de antiguas poblaciones más unas nuevas inauguradas en 1962, hacia el oriente de calle Santa Rosa, entre los paraderos 12 y 21 y medio, deberían constituir un nuevo territorio parroquial. La parroquia de Nuestra Señora de los Parrales, atendida entonces por franciscanos, no podía abarcar tanto territorio.

NACEN PRIMERAS COMUNIDADES

Este concepto coincidió con la búsqueda de los religiosos de los Sagrados Corazones por encontrar un lugar en la Iglesia de Santiago donde iniciar un servicio parroquial estable. Fue así que a fines de 1963, el padre Esteban Gumucio inició una presencia en esos sectores, sumándose a la segunda parte de la misión general. A comienzos de 1964, la congregación destinó a tres religiosos sacerdotes que lo acompañaran, Carlos Lange, Fernando Ugarte y Patricio Frías. Se conformó así un equipo suficiente para asumir la parroquia como tal, en abril de 1964.

El trabajo pastoral se desplegó rápidamente a través de las visitas a las casas y de la catequesis familiar, de la lectura de la Biblia, de la formación de personas y del servicio a las organizaciones poblacionales que luchaban por mejores condiciones de vida.

Fue también muy significativa la presencia y servicio abnegado de varias religiosas. Entre ellas: Clarita de Larminat (+1982); Francisca Morales y Edith León (Amor Misericordioso); Huguette y Madeleine (Buen Consejo).

NACE UNA NUEVA PARROQUIA

Durante 1994 se vio que el territorio parroquial, de por sí era muy extenso y que había aumentado, además, en densidad poblacional. Se estimó necesario dividir el territorio y dar nacimiento a una nueva parroquia. Así se hizo.

El sector norte de la parroquia, entre calles Departamental y Lo Ovalle, pasó a constituir la nueva parroquia que recibió el nombre de Damián de Molokai, religioso de los Sagrados Corazones, apóstol de los leprosos, beatificado en 1995 y canonizado en 2005. El sector sur, entre calles Central (hoy, Esteban Gumucio) y Tomé, permaneció con el nombre original de parroquia San Pedro y San Pablo. La primera de estas quedó en la comuna de San Joaquín; la segunda, en la comuna de La Granja.

En el mismo momento, la congregación de los Sagrados Corazones consideró que no podía atender ambas parroquias a la vez, y por tanto, debía prescindir de una de ellas. Decidió hacerse cargo de la parroquia Damián de Molokai y poner en manos del arzobispado de Santiago la parroquia de San Pedro y San Pablo.

PÁRROCO DIOCESANO

Como consecuencia de lo anterior, el arzobispo de Santiago nombró párroco de San Pedro y San Pablo al sacerdote diocesano Jorge Orellana González (2000-2008). En diversos momentos, lo acompañaron como vicarios los sacerdotes diocesanos Humberto Guzmán y Patricio Lledó.

Durante este tiempo, la parroquia mantuvo y fortaleció las seis comunidades de base ya señaladas. Una séptima comunidad se constituyó en la sede central adoptando el nombre de “Comunidad Padre Esteban Gumucio”. Esto courrió poco antes de que la comunidad parroquial se sintiera conmocionada por el fallecimiento del querido y admirado padre Esteban (6 de mayo de 2001), quien hasta el día de su muerte vivió sirviendo en las parroquias Damián de Molokai y San Pedro y San Pablo.

ESTEBAN VUELVE A CASA

Hacia finales del período del padre Jorge Orellana, el arzobispo de Santiago don Francisco Javier Errázuriz le manifestó a la congregación de los Sagrados Corazones su deseo de que el cuerpo del padre Esteban Gumucio reposara en la sede parroquial. Lo estimaba como un “santo” y deseaba que los fieles pudieran manifestarle la debida veneración en ese lugar.

Fue así como el 27 de septiembre de 2008, el padre Esteban “volvió a casa”, rodeado de una multitud conformada por unas 4 mil personas,. El acto lo encabezó el propio arzobispo. Desde entonces su cuerpo reposa en un Memorial especialmente dispuesto en la sede parroquial.

VUELVEN LOS SSCC

La circunstancia de la presencia del cuerpo del padre Esteban en la parroquia San Pedro y San Pablo llevó a la Congregación a reconsiderar su presencia en esta comunidad. Después de un debido discernimiento y contando con el entusiasmo del arzobispo, la Congregación retomó el servicio pastoral en San Pedro y San Pablo después de 9 años de ausencia.

El padre Jorge Orellana fue destinado a la vecina parroquia de San Gregorio; y en San Pedro y San Pablo, en marzo de 2009, bajo el régimen de “párrocos solidarios”, asumieron como tales los religiosos SSCC, sacerdotes René Cabezón Yáñez y Miguel Macaya Montero, encargándosele al padre René ser «párroco moderador» del equipo.

Durante este último período, en 2010, el arzobispo Errázuriz abrió la causa de canonización del padre Esteban Gumucio, cuyo proceso fue terminado a fines de ese mismo año y clausurado solemnemente a comienzos de 2011, por el recién nombrado arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati. Así fue declarado «Siervo de Dios.

Después de esto, toda la documentación fue enviada al Dicasterio para la Causa de los Santos en el Vaticano, donde hoy es estudiada por expertos y cardenales para ser declarado «venerable».

ÚLTIMOS PÁRROCOS

El padre René Cabezón fue elegido superior de la Provincia Chile Argentina de la Congregación. Por este motivo, fue nombrado como nuevo párroco el padre Sandro Mancilla, quien ejerció esta responsabilidad durante cinco años. Luego, él fue elegido en 2023 provincial de la Congregación en reemplazo del padre René Cabezón, quien había concluido su período.

Nuestro actual párroco es el padre Magin Vega, quien en estos 60 años que cumple nuestra parroquia, enfrenta grandes desafíos, principalmente mantener vivo nuestro lema: «Misioneros con Cristo en la vida del Pueblo».

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