Rafael Tacuri Huaraca, de la provincia Andina también se formó en Chile y fue ordenado sacerdote el sábado último en medio de una gran fiesta de su comunidad, en la sierra peruana, ubicada en plena Amazonía.
En la Congregación de los Sagrados Corazones contamos con otro nuevo presbítero. A Pablo Bernal ordenado hace una semanas en Sevilla, España, se sumó ahora el hermano Rafael Tacuri, de Perú (Provincia Andina). Rafael recibió el ministerio el reciente sábado 29 de junio, fiesta de san Pedro y san Pablo. Presidió la ceremonia monseñor Humberto Tapia Díaz, obispo de Chachapoyas, y se celebró en la catedral de esta diócesis, ubicada en el corazón del Amazonas peruano.
En la liturgia, Rafael estuvo acompañado de su familia y el obispo hizo referencia en su homilía a la importancia de la familia como lugar donde se teje la vocación religiosa.
La ordenación del hermano SSCC fue toda una fiesta en la ciudad, amanizada con bailes y cantos. Rafael contó a este portal de la provincia Chile-Argentina, que la comunidad participó con alegría. Los estudiantes con quienes trabajo, fueron felices cuando les conté que me ordenaría sacerdote. Les conté en la clase y ellos estaban más felices que yo. Querían participar y ver de qué se trataba».
Y continúa: «En estos los tiempos de escasez de vocaciones, creo que debemos dar señales, signos de que nuestra Iglesia sigue viva y activa. Esto me animó a pedir la ordenación y no dejar los brazos cruzados», explicó.
«Creo que en medio de estas realidades que a veces son opacadas por diferentes situaciones en la iglesia, la recepción del presbiteriado es un signo que alegra la vida de la comunidad que acompañamos», agregó.
Rafael precisó que tiene claro que «hoy en día, necesariamente, los presbíteros tenemos que saber acompañar, escuchar más y entablar diálogos horizontales con el pueblo de Dios. Ya no estamos en tiempos donde el sacerdote mandaba y el pueblo de Dios obedecía. Creo que estamos en tiempos en que mutuamente todo el pueblo de Dios, laicado y sus ministros, nos acompañamos en los momentos alegres y felices de la vida, pero también cuando hay desafíos que enfrentar».
Respecto del cambio cultural que implica el sacerdocio en la Congregación, Rafael, quien tuvo una etapa de formación en Chile, indica que le gusta que «estos tiempos sean de ministerio sinodal». Y añade, «hoy cuando se reflexiona profundamente este tema, pienso que la Iglesia debe ser una iglesia que avanza en esa línea de la sinodalidad. Por ello espero que esta Sínodo de la Sinodalidad de octubre próximo no sea una reflexión más, sino que realmente se tomen decisiones que muestren ciertos signos que nos permitan avanzar profundamente en este camino de acompañamiento mutuo en el pueblo de Dios, con sus religiosos, religiosas sacerdotes, y obispos».
«Para mí, eso significa ser ministro en tiempos sinodales. Pido a Dios que nos anime siempre en este caminar juntos, de escucha mutua y permanente. Es hora de no solo reflexionar, sino que también de actuar, de ayudar y animar», conluyó.
El superior de nuestra provincia, Sandro Mancilla fue su maestro de novicios. Consultado Sandro acerca de qué recuerdo guarda de Rafael, indicó que lo conoció como «un joven de una gran calidad humana, con un gran sentido del humor, muy perspicaz y agudo. Tímido en las relaciones sociales, con un tono de voz grave y bajo. Bien dispuesto para integrarse en la realidad religiosa y cultural en Chile. Con mucha sensibilidad social y preocupación por los más pobres y un buen desarrollo de su capacidad intelectual con variados intereses».
Rafael vivió en el noviciado de la Congregación que estaba en el sector de Cerrillos de Curacaví, el año 2011 (ver fotos abajo). Y sus dos primeros años de profesión temporal [2012 y 2013] los vivió en la Comunidad Interprovincial de Profesos, ubicada en Santiago de Chile en aquellos años.