En una eucaristía de Toma de Posesión de la arquidiócesis, realizada la mañana del sábado 6 de julio, acompañaron al nuevo arzobispo sus hermanos y hermanas de la Congregación Sagrados Corazones, su familia, obispos de diócesis cercanas y representantes de la Iglesia que camina en Chillán y Concepción.
“Invitarlos también a valorar la vida de nuestras comunidades y de toda nuestra Iglesia. Con sus luces y sombras, la Iglesia sigue siendo una madre buena que nos ha engendrado en la fe y nos llama a participar corresponsablemente de la misión de Cristo (…) el padre Esteban Gumucio escribía: ‘Amo a la Iglesia de la diversidad, la difícil Iglesia de la unidad. Amo a la Iglesia del laico y del cura, de san Francisco y de santo Tomás, la Iglesia de la noche oscura y la asamblea de larga paciencia. Amo a la Iglesia abierta a la ciencia y esta Iglesia modesta con olor a tierra (…) Amo a la Iglesia de Jesucristo construida en firme fundamento, en ella quiero vivir hasta el último momento’ “, expresó nuestro hermano Sergio Pérez de Arce en su homilía, como nuevo arzobispo de Concepción, en una emotiva eucaristía de Toma de Posesión realizada en la Catedral penquista, repleta de representantes del Pueblo de Dios que han acompañado la vida del padre Sergio, además de los agentes pastorales laicos y consagrados que caminan desde hoy junto a él en esta arquidiócesis. (Ver homilía completa)
Entre los representantes de nuestros hermanos de Congregación que lo acompañaron, estaba su superior provincial, Sandro Mancilla sscc, junto a la comunidad de Concepción: Pedro León sscc, Juan Cofré sscc, Erwin Harnisch sscc y Atilio Pizarro sscc. Además, viajaron desde sus distintas comunidades René Cabezón sscc, Guillermo Rosas sscc, Cristian Sandoval sscc, Reinaldo Figueroa sscc y Mario Soto sscc.
El superior provincial, Sandro Mancilla sscc, bendijo esta nueva misión pastoral de Sergio y le expresó que cuenta con la cercanía, el cariño y el apoyo de sus hermanos Sagrados Corazones: “Agradecer a Dios por tu persona en primer lugar y también por el camino que hemos recorrido juntos como hermanos de congregación. Le pido al buen Dios que te siga acompañando en este nuevo desafío con la certeza de que tienes todo lo necesario para asumir este servicio de la Iglesia de Concepción, en primer lugar por tu calidad humana que conozco bien y también por tu gran capacidad de trabajo”, indicó el provincial.
La misa inició en la puerta de la Catedral con la presentación del nuevo arzobispo por parte del secretario de la Nunciatura Apostólica en Chile, Giuseppe Silvestrini, donde lo recibió el deán de la catedral, padre Francisco Osorio, junto al cabildo y representantes de la diócesis, quienes le dieron la bienvenida y lo acogieron como su nuevo pastor.
Nuestro hermano Sergio realizó su profesión de fe y juramentos de fidelidad, para luego recorrer el pasillo de la catedral, bendiciendo y saludando a la asamblea, para más tarde realizar una especial oración en la Capilla del Santísimo Sacramento.
El arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, delegado por el Papa Francisco, entregó al nuevo pastor de la Iglesia de Concepción el Palio Arzobispal como signo de esta misión pastoral que se inicia. Luego, recibió el báculo y la sede arzobispal de manos del administrador apostólico de esta diócesis, el obispo Bernardo Álvarez, mientras la asamblea lo acogía con un gran aplauso.
La única forma de vivir la fe y la misión es caminar juntos
Luego de los ritos iniciales y la liturgia de la Palabra, el nuevo arzobispo de Concepción enfatizó en su homilía la necesidad de comunión y colaboración tanto dentro de la Iglesia como con la sociedad en general, llamando a todos los fieles a vivir su fe con un espíritu de servicio y fraternidad, destacando la importancia de enfrentar juntos los desafíos actuales.“Quiero invitarlos a caminar juntos, no hay otra forma de vivir la fe y la misión. Me gusta insistir siempre que lo más importante de la Iglesia sucede en la vida local: en cada comunidad, en cada parroquia, colegio, movimiento. Allí conocemos el evangelio, allí oramos, nos ayudamos como hermanos, celebramos la fe, salimos al encuentro de los que sufren. Pero esa vida local debe estar entrelazada con las demás comunidades, con una vida de Iglesia más amplia, desde la que buscamos caminos compartidos”, indicó en su primera homilía como arzobispo.
Sergio Pérez de Arce optó por no presentar un plan de acción inmediato, subrayando que «en este primer tiempo hay que conocer la realidad de esta Iglesia local e ir buscando juntos, a través del diálogo y el discernimiento, lo que el Señor nos está pidiendo». En lugar de ello, centró su mensaje en el «cómo» y el estilo en que deben vivir su misión.
El nuevo arzobispo enfatizó la importancia de la comunión en la fe, nacida del amor de Dios, y de la vida en comunidad dentro de la Iglesia. Citó al Papa Benedicto y al padre Esteban Gumucio para subrayar la necesidad de valorar y amar a la Iglesia, con todas sus luces y sombras: «¡La Iglesia es nuestra casa! ¡Esta es nuestra casa!», recordó.Uno de los puntos emotivos de su homilía fue su llamado a la colaboración y el rechazo a la soledad en la misión: «Nadie alcanza la plenitud aislándose», afirmó, citando al Papa Francisco. Pérez de Arce insistió en la necesidad de evitar caminar solos, promoviendo una Iglesia donde todos, desde párrocos hasta catequistas y movimientos, trabajen juntos en una auténtica comunión.
En su mensaje final, llamó a la esperanza, alentó a todos a rechazar la desilusión y el aislamiento, y abrazar la comunión y el servicio: «Vamos juntos adelante. No a la desilusión, al desencanto, a la comodidad y al aislamiento. Sí a la comunión, al servicio, la fraternidad y la entrega generosa a la misión que Jesús nos ha confiado».
Al finalizar la misa, el que hasta hoy fuera administrador apostólico de esta diócesis, el obispo auxiliar y vicario general, Bernardo Álvarez, agradeció a Dios por su fidelidad y afirmó que “acogemos con fe el ministerio pastoral de don Sergio para nuestra Iglesia de Concepción, agradecemos su sí generoso y disponible a la voluntad de Dios».
También estuvieron presentes la familia del padre Sergio, su madre y sus hermanos. Entre ellas, Myriam Pérez de Arce, quien expresó su alegría y sostuvo que “es una bendición, un regalo de Dios, que nos dio con mi hermano. Y lo único que me entristece es que se vino más lejos, pero el Señor sabe por qué lo mandó acá. Sé que va a ser un buen pastor, un buen arzobispo, porque es una persona muy especial, es bueno de corazón, muy humilde, tranquilo y trabajador. Así que creo que va a hacer una linda tarea en Concepción. Espero que toda la arquidiócesis de Concepción lo acoja, lo reciba y lo apoye”, expresó con emoción su hermana.
La misa concluyó encomendando la vida de la arquidiócesis de Concepción a su patrona, la Inmaculada Concepción, y con la bendición final impartida por su nuevo arzobispo, nuestro hermano de los Sagrados Corazones, Sergio Pérez de Arce Arriagada sscc