Con «Quiero Mi Barrio» contribuyen a la memoria del Padre Esteban

Un hermoso mosaico de 3,7 metros de ancho por 1,6 metro de alto instalaron en la entrada de la Parroquia San Pedro y San Pablo, vecinas y vecinos que participaron en un taller artístico del programa «Quiero Mi Barrio» que coordina la Municipalidad de La Granja.

Dos meses duró el taller que dirigió la artista visual Daniela Cáceres Fuentes, graduada en la Universidad de Chile, y quien lleva 15 años dedicándose a esta expresión artística. «Soy de Puente Alto pero empecé trabajando en un proyecto en la población San Gregorio, en el año 2011», comenta. Hoy, añade, ha dirigido este trabajo como parte del «Proyecto Villa Brasil» del Programa Quiero Mi Barrio en la comuna de La Granja.

Daniela dirigió un grupo intergeneracional de vecinas y vecinos que se reunieron en el Centro Cultural Gabriela Mistral de La Granja. En cada sesión (tres por semana) fueron reuniendo y dando forma a la cerámica para conformar una hermosa imagen del padre Esteban Gumucio conversando con los vecinos en la Villa Brasil de la comuna.

Además, el programa «Quiero Mi Barrio» de la comuna ofrecerá durante este año 2024 otros productos como un documental sobre el Padre Esteban y la reconstrucción completa de la multicancha que está a continuación de la parroquia San Pedro y San Pablo hacia el sector poniente.

Daniela explicó que «es súper importante que los trabajos artísticos se generen con la gente, con los barrios, porque ayudan a empoderar a los vecinos, a cuidar los espacios públicos. Se genera un cambio de ambiente, sobre todo en espacios que han sido abandonados o que generalmente están tomados por la delincuencia, como son las plazas públicas».

Añadió que «trabajar con los vecinos en la calle, interviniendo con las artes, ayuda a reconocer los valores que tiene la comunidad, tanto como personajes públicos, personajes emblemáticos, lugares históricos. Todo eso se rescata a través de una pintura o un mosaico y se lleva a los muros para que así, después, cuando la persona que visualice esta obra artística tenga un mayor sentido pues tiene que ver con su pertenencia. Yo también conozco a ese personaje porque es de mi barrio o perteneció acá, puede decir. Entonces, eso hace que el arte sea más potente, más enriquecedor, a diferencia de una obra que está en un museo».

Además, «para mí ver el compromiso de las personas tiene un sentido espiritual súper grande que va más allá de hacer una obra artística. Cuando una persona se atreve a hacer un mosaico es porque trata de rearmarse ya que trabajamos con puras piezas rotas y hay que formar una nueva imagen. Hay que construir un discurso y lograr eso, con personas que no tenían ninguna cercanía con las artes del mosaico o la pintura, es súper potente».

En el grupo del taller participó María Antonieta Véliz Garrido quien seguía las clases de gimnasia del Centro Cultural cuando vio la propuesta del curso de mosaico.»Me encantó participar y me integré gratamente. Disfruté y aprendí con la Dani» señaló. Agregó que «sentí una gran emoción hacer este mosaico porque es un granito de arena para embellecer la iglesia donde descansa el padre Esteban».

Daniela, la profesora como le dicen, destacó que se genera «un gran sentimiento de querer seguir trabajando para la comunidad», por lo que no descartó en seguir postulando a proyecto para construir más mosaicos en la parroquia. » Todo el legado que he conocido y que dejó el padre Esteban Gumucio, acá en la comuna, es inmenso y creo que es notable rescatarlo porque Dios interfiere, nos usa a cada uno de nosotros, los seres humanos, para llegar a los demás. Quizás no todos van a ser tocados espiritualmente, sino que algunas personas. En mi caso, yo me considero un instrumento de paz, pero artístico».

La joven Rayén Anita Toledo Calfucoy fue incentivada por su madre y evalúa la experiencia como «muy bonita. Fui aprendiendo poco a poco a manipular y cortar la cerámica. La práctica nos dio rapidez en el proceso de construcción. Quedó muy bonito, con sus casas y las montañas, además que está la frase del Tata Esteban que siempre he escuchado: ‘el pan tiene otro sabor cuando lo compartes'».

Por su parte, la vecina María Eliana Reyes Torres declaró que había sido «una experiencia maravillosa, y que el taller nos sirvió para alentarnos frente a los problemas. Además, es emocionante por el Padre Esteban y este mosaico va a quedar para toda la vida aquí en la parroquia. Alguna vez los nietos que vengan verán que este mural lo hizo su abuela». / APN

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