Con el vivo recuerdo del Padre Esteban Gumucio se realizó Misa de Enfermos y Adultos Mayores.
Retomando una tradición que el mismo padre Esteban Gumucio inició, de celebrar en septiembre una misa con los adultos mayores y enfermos, que se había interrumpido en tiempos de pandemia, tuvo lugar nuevamente una eucaristía en la parroquia San Pedro y San Pablo, este 4 de septiembre último.
La celebración se realizó en el contexto de los 110 aniversario del natalicio del Siervo de Dios, y participaron 76 personas, incluidas algunas en sillas de rueda.
Dos horas antes ya había gente esperando que abrieran el templo. Luego, la liturgia se inició poniendo en común y en voz alta los nombres de personas enfermas que estaban presentes o no habían podido asistir a esta misa. Casi un centenar de nombres hicieron eco en la parroquia que alcanzaba hasta el Memorial del Padre Esteban.
Esta misa fue presidida con mucha empatía y cercanía hacia las personas ancianas por el párroco Magín Vega, acompañado del diácono René Alvarado. La gente interactuó ante las preguntas, siguió la homilía, hizo sus oraciones y cantó con entusiasmo, contando con el alegre acompañamiento en guitarra de Adrián Neira, coordinador de la Pastoral Juvenil SSCC.
Sin duda, una tarde no solo festiva, que se concluyó con «torta sin azúcar», sino que de mucho ánimo, fuerza ante la adversidad y de alimentación de la esperanza.
La imposición del sacramento de la unción de los enfermos a todas y todos los asistentes, por parte del párroco Magin, marcó un momento de profunda espiritualidad y, para muchas personas, hasta la emoción, lo que se reflejaba en sus rostros.
La misa concluyó con el tradicional canto «El Peregrino de Emaús» de letra del Padre Esteban y seguido al ritmo de las palmas y sus gritos de alegría por el Resucitado, «ahora sí». / APN