Hermanas y hermanos buscan acortar el trecho y avanzan con fraternidad en temas prácticos para responder a los desafíos de las realidades de hoy.
Mientras el tiempo en el exterior de la Villa Aurelia (Roma) es inestable, con mucha lluvia y viento, en su interior los capítulos generales de hermanas y hermanos de la Congregación Sagrados Corazones, se desarrollan buscando los claros que dejan las nubes de la realidad.
Después de la integración y retiro espiritual se dedicaron a la presentación de informes, siempre iluminados por la eucaristía matinal y la adoración vespertina. La información de estos reportes ha sido un modo sinodal de escrutar lo que dice el Espíritu en «la vida vivida».
La fraternidad se ha expresado en distintos modos y momentos. Uno de estos fue la convivencia del viernes cuando se cantó en distintos idiomas, y otro, las visitas hechas durante el fin de semana fuera de la villa. Además, la presencia acotada de coordinadores de nuestras delegaciones de la Congregación en Europa también contibuyeron a ese ambiente fraterno.
Las hermanas y hermanos capitulares visitaron la Catacumba de Santa Domitila donde, además de realizar un recorrido para conocerlas, concluyeron celebrando la eucaristía en la basílica que hay en su interior.
Esta catacumba está ubicada en la misma ciudad de Roma y es un cementerio cristiano subterráneo cuyo nombre fue tomado del homónimo que tenían los terrenos de la familia de Flavia Domitila, quien era nieta del emperador Vespasiano y sobrina de Domiciano. En el cementerio también fueron sepultados muchos cristianos perseguidos que luego han sido venerados como mártires.
La Catacumba Domitila es la única que tiene dentro una basílica construida al finales del siglo V, como extensión del santuario levantado por el Papa Dámaso (366-384) y dedicados a los mártires Nereo y Aquileo, cuyas tumbas están situadas bajo el altar y al lado de la tumba de Santa Petronila. En este lugar, los hermanos y hermanas celebraron la eucaristía, «que fue un momento muy emocionante».
En el capítulo de la rama masculina de la Congregación, esta semana se inició con el tema de vocación y misión pero acentuado desde una perspectiva práctica, dada la realidad de la Congregación que vive una reducción de vocaciones en general, salvo en Asia que crece. «Por tanto, nos necesitamos más unos a otros y necesitamos actuar con fundamentos comunes y como un solo cuerpo, bien unido», se afirmó.
Lo anterior ha implicado buscar la manera de hacer un camino práctico y posible para gestionar los cambios deseados y declarados. Es decir, buscar «cómo lograr lo que nos proponemos», en especial: mejor vida comunitaria y comunidades más fraternas y testimoniales.
Así, en las sesiones plenarias y en los cinco grupos de trabajo se ha reflexionado con mucha hondura, afirmándose reiteradamente que «lo exhortativo no es suficiente y que hay que entrar en los cómo de lo que queremos» o sea el camino concreto para llevar adelante la deseada transformación.
(APN con información de Carmen Gloria Mancilla sscc y Alex Vigueras sscc, presentes en los capítulos)