Consagrados: «La esperanza despunta ya»

Más de mil religiosas y religiosos realizaron su V Congreso Latinoamericano y Caribeño de Vida Religiosa. De nuestra congregación participó René Cabezón ss.cc.

Del 22 al 24 de noviembre de 2024, más de mil religiosas y religiosos de América Latina y el Caribe se congregaron en Córdoba, Argentina, para participar en el V Congreso Latinoamericano y Caribeño de Vida Religiosa. Organizado por la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) con el apoyo de la Conferencia de Religiosas y Religiosos de Argentina (CONFAR), el evento se desarrolló bajo el lema «La esperanza despunta ya», enfocándose en la reflexión sobre las esperanzas y desafíos que enfrenta la Vida Religiosa en la región.

La inauguración del Congreso tuvo lugar en el Colegio Corazón de María, donde más de 400 participantes se reunieron presencialmente, mientras que otros 600 se unieron de manera virtual. El P. José Luis Loyola, MSpS, vicepresidente de la CLAR, en sus palabras de apertura, reconoció el «paisaje incierto» y los «tiempos convulsionados» que vive el mundo, instando a los presentes a ser «centinelas de esperanza» y a ofrecer señales que brinden sentido y orientación en el caminar conjunto.

La Hna. Inés Greslebin, ACI, presidenta de la CONFAR y vicepresidenta de la CLAR, situó este Congreso en el contexto de la culminación de la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad y a las puertas del Año Jubilar de la Esperanza. Invitó a los participantes a reavivar la esperanza en un entorno desafiante y a comprometerse con la vida, la justicia y la paz.

Participación de René Cabezón

En su calidad de integrante de la Junta Directiva de Conferre y director de la revista Testimonio», participó nuestro hermano René Cabezón, quien dijo haber sentido «el cariño, afecto y admiración que en América Latina existe por la revistas Testimonio» que nació buscado que la vida consagrada aplique el Concilio Vaticano II y que hoy sigue adelante con los desafíos de sinodalidad.

«Esto son encuentos muy gratificantes, donde uno puede conocer y valorar el trabajo de religiosas y religiosos comprometidos con los pobres, pueblos originarios, educación de niños, niñas y jóvenes, en la selva, campo o ciudad. Todo eso es de una riqueza enorma que estimula porque son testimonios de coherencia y fidelidad con ganas de actualizarse» comentó René.

Añadió que «las ponencias fueron muy buenas ya que el desafío es seguir traduciendo la sinodalidad a la vida religiosa y que la gente esté al día».

Durante las jornadas, se abordaron temas como la desigualdad, la polarización social y la erosión de la democracia en América Latina y el Caribe. La socióloga Sol Prieto destacó cómo los «emprendedores políticos» contribuyen a esta polarización, aumentando la violencia colectiva y deteriorando el apoyo ciudadano hacia las instituciones democráticas. Se enfatizó la necesidad de soluciones concretas y estructurales enfocadas en la justicia social y la equidad.

La Hna. Sandra Ortiz, OSR, de la Red Kawsay en Uruguay, resaltó la importancia de un enfoque humano y respetuoso hacia las mujeres que han vivido la experiencia de la prostitución, invitando a alejarse de la etiqueta de «víctima» y a restaurar su dignidad. Por su parte, el P. Jorge Costadoat, SJ, reflexionó sobre la migración y su conexión con la fe y la ética cristiana, subrayando que las migraciones forzadas son «signos de los tiempos» que interpelan a la sociedad y a la Iglesia.

El P. Fernando Falcó, MSpS, abordó los desafíos que enfrenta la Vida Religiosa, como la reducción de recursos y el envejecimiento de sus miembros, y planteó la necesidad de una reflexión consciente sobre este proceso, buscando una reducción estratégica que renueve la misión y reafirme la identidad dentro de las congregaciones.

El segundo día del Congreso incluyó una experiencia artística y espiritual de conexión con la Madre Tierra, a través de la poesía, la música y la danza, invitando a los participantes a redescubrir la belleza de la creación y a vivir en armonía con el entorno. El P. Luis Alberto Gonzalo Díez, CMF, destacó la importancia de acoger la «debilidad» como una oportunidad para transformarse y escuchar al Espíritu, motivando a la Vida Religiosa a recuperar la esencialidad y a no temer abandonar estructuras que paralizan la misión evangelizadora.

El Congreso concluyó con una Eucaristía presidida por el Cardenal Ángel Sixto Rossi, SJ, arzobispo de Córdoba, y con las palabras de clausura de la Hna. Liliana Franco, ODN, presidenta de la CLAR, quien animó a los participantes a continuar siendo «centinelas de esperanza» en sus comunidades y en la sociedad. / APN

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